Entre el cinismo y las medias verdades. El aumento de temperatura y la contaminación

Estamos sufriendo un aumento de la temperatura, y es un hecho evidente. Que la mano del hombre puede tener algo que ver es mucho más que probable. Pero de lo que no estoy tan convencido es que se trate de un cambio climático provocado exclusivamente, ni siquiera mayoritariamente, por el hombre.

Que hay una contaminación galopante también es evidente. Que la culpa la tenemos los humanos, incluidos los que protestan contra la contaminación, tampoco me cabe ninguna duda.

Como que en este momento hay muchos interesados en mezclar aumento de temperatura con contaminación, como si ambas fueran efecto de las mismas causas. Y a los hechos me remito

Si hablamos de temperatura, en la historia de la humanidad han existido ciclos, y también eras, como la de la glaciación o la desertización, mucho antes de que existiera el hombre. Porque la naturaleza es indomable hasta el punto que los que visiten el Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santullán, muy recomendable, podrán comprobar que, en el pasado, la India se desplazó hasta llegar hasta lo que hoy es Sudamérica, y más tarde retornó a su emplazamiento original en Asia. Sin que ningún humano interviniera en el hecho, entre otras cosas porque ni hubieran podido, ni existían.

Y supongo que recordamos las grandes calamidades que anunciaban sobre el agujero de la capa de ozono. ¡Menudo bombardeo de información! ¡Cuánta literatura y cuanto negocio sobre espráis menos peligrosos y soluciones similares! Pues la capa de ozono se está cerrando entre el casi silencio de los que anunciaron su aumento, sin saber muy bien porque. Como tampoco sabíamos muy bien porque se  ensanchó.

Y no estoy nada convencido de que la lucha contra la contaminación ambiental o terrestre, de la que si somos responsables, sea la que nos librará del supuesto cambio climático.

De lo que sí que estoy convencido es que hablar de “ciclos” o separar temperaturas de contaminación proporciona menos oportunidades de ganar dinero a nadie.

Por supuesto que los gobiernos tienen que tomar conciencia y promulgar leyes restrictivas contra industrias que generan contaminación o por el uso abusivo de plásticos. Urgentemente. Pero no serán eficaces si nosotros, los humanos, no renunciamos al consumo de los artículos que producen las industrias que contaminan.

Pero es más que evidente que todos nosotros estamos convencidos de que son “los otros” los que tienen la obligación de solucionar nuestros problemas. Y a los hechos me remito.

La práctica totalidad de los que protestan por la contaminación provocada por los automóviles tienen uno propio y no renuncian a su uso. Y una parte importante tendrán coches especialmente contaminantes por su antigüedad, pero no los renuevan.

Alegaran que “no pueden” por razones económicas, lo que puede ser cierto en parte de los afectados, pero no se puede tomar como un hecho incuestionable. Ni mucho menos. Porqué los automóviles modernos, menos contaminantes, se pueden adquirir con una cuota mensual equivalente al coste de parte de los “caprichos” que nos permitimos en ocio y otros consumos.

Pero claro, lo más fácil es ignorara lo que contamino “yo” y, como decía, recordar lo que contaminan los demás. Así podremos mejorar el planeta sin renunciar a nada, sin sacrificios.

Porque, amigos míos, o nos quitamos las caretas de ecologistas responsables o esto no tiene solución. Somos cada uno de nosotros, no los gobiernos ni los estados, ni esos “no se sabe quién”, los que dejan las playas y las plazas hechas unos zorros con los botellones. Y somos nosotros, y no otros, los que tiramos plásticos a los ríos o a los mares, aunque luego nos hagamos fotos salvado tortugas atrapadas por redes, o mostremos las barbaridades que contienen los estómagos de animales marinos muertos.

El cinismo y el no querer vivir la realidad es lo que está contaminando nuestros aires, nuestros montes, nuestros ríos y nuestros mares, porque somos los “sujetos necesarios”, en este caso sujetos activos, para aumentar la contaminación.

Así que, amigos míos, yo mismo, repito: no seamos cínicos. Es el hombre como individuo, y en genérico, el mayor responsable de la contaminación. Porque contaminamos, no reciclando,  consumimos los productos que fabrican las empresas contaminantes, o disfrutamos de opciones de ocio que están destrozando el planeta.

Y porque no tenemos una verdadera conciencia de la necesidad de auto disciplinarnos en buenas prácticas ecológicas o/y, si fuera necesario, perder calidad de vida renunciando a algunas cosas innecesarias, pero atractivas.

Estamos, están, haciendo fuerza en la contaminación de las ciudades y de las aguas. ¿Ponemos algunos ejemplos de otras contaminaciones?

Los aviones: cada día vuelan miles y miles de aviones y sabemos que un avión contamina, y mucho. Un estudio dice que “Cada minuto hay alrededor de 11.000 aviones en el aire en alguna parte del mundo.”

Y también que “El sector de la aviación es responsable de cerca del 2,5% de las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial, pero los aviones emiten además azufre, humo, vapor de agua y óxido de nitrógeno que a su vez forma ozono troposférico (no confundir con el ozono estratosférico, cuya capa protege de las radiaciones solares), el cual es muy perjudicial para la salud de las personas

Solo en el aeropuerto Adolfo Suarez de Madrid “hay una media de 483 vuelos diarios”.

¿Renunciarán los manifestantes con pancarta a viajar en avión? Ni siquiera lo hacen los que deberían dar ejemplo cuando se desplazan a cortas distancias.

La basura espacial: Leo que “el impacto más obvio de la exploración humana en el espacio cercano a la Tierra es la enorme cantidad de escombros espaciales. En 1957, la Unión Soviética lanzó al Sputnik a un espacio impoluto. Hoy en día, el espacio cercano a la Tierra contiene más de 17.000 objetos

Una buena parte de los cuales están allí para proporcionarnos excelentes opciones de comunicaciones o de ocio.

¿Renunciaríamos a los canales de televisión digital, a los móviles, o a los GPS? Me temo que no

Los barcos: Una buena noticia “La contaminación proveniente de los buques ha disminuido notablemente en los últimos años. Cada día se hacen más esfuerzos para disminuir la contaminación originada por los hidrocarburos. La aplicación de los instrumentos internacionales ha dado sus frutos y ella se refleja en las estadísticas”.

Pero no nos confundamos. Es cierto que los barcos contaminan menos en combustión pero ¿qué ocurre con las basuras y otras contaminaciones? Cada barco arroja al mar cada día una gran cantidad de basura, incluido envases de plástico. Los residuos orgánicos no son un problema porque acaban disueltos o siendo comidos por los peces, o las gaviotas que acaban aprendiendo los horarios en que los cocineros se desplazan a la popa de los barcos para vaciar los cubos. Lo sé porque lo presencié cuando estuve embarcado.

Sin embargo la solución debería ser tan sencilla como obligar a que los barcos descarguen en los muelles todos los desechos plásticos que hayan acumulado desde la última escala.

Y, evidentemente, si no descargan plásticos es porque los han tirado al mar, en cuyo caso se les debería imponer fuertes sanciones.

Otra cosa es la contaminación por vaciado de sentinas y limpiezas de tanques, especialmente los petroleros, que hoy en día también se podrían controlar, supongo, via satélite.

Los coches y el resto de vehículos eléctricos: Parece que alguien descubrió que esta es la solución. Es cierto que un coche eléctrico no contamina o lo hace de forma muy limitada, pero ¿Cómo se ha obtenido la electricidad?

Algunas fuentes, como las hidráulicas, las eólicas o las placas solares casi no contaminan, aunque en algunos casos crean algún problema secundario, pero hay otras, como las centrales térmicas, son uno de las mayores  fuentes de contaminación. También las nucleares están contaminando el agua que se usa para refrigerar cada vez que hay un escape o un accidente.

Pero el uso exponencial de la locomoción con motores eléctricos  obliga, naturalmente, a la fabricación y posterior destrucción de las baterías. Y reciclar una batería es muy caro y altamente contaminante.

Luego si el coche no contamina, pero lo puede hacer la fuente de energía que empleemos para cargas las baterías, y las propias baterías ¿a que estamos jugando?

Podría seguir con muchos más ejemplos de contaminantes de los que no se habla, como la masacre ecológica que el turismo está provocando en zonas “sensibles” del planeta, como el Himalaya o  la Amazonía, por ejemplo. Alguien tendría que parar toda esta locura, pero no lo harán ni permitirán que se hable mucho de ellos, porque detrás de cada uno de los temas o de desórdenes que he apuntado hay grandes negocios y mucho dinero circulante. Claro que los que ganan dinero son los organizadores o los explotadores, pero no nos hagamos los puros porque los que vamos, los viajeros, somos nosotros.

Y, en el colmo del cinismo, un planeta con cientos de naciones regidas por sus respectivos gobiernos, miles de asociaciones y organismos supuestamente responsables de protegernos, aceptan la mascarada de convertir a una niña sueca en el adalid de la protección del planeta. La he visto reñir a los gobernantes en Naciones Unidas y entrevistarse con altos mandatarios, Ayer mismo con el presidente de Canadá. No se quien está realmente detrás de la niña y, francamente, prefiero no saberlo.

¡Gobiernen, por favor, y tomen medidas reales, aunque les cuesten votos y jefaturas de gobierno!, y no se hagan los dignos ni nos tomen el pelo con mascaradas como esta. ¿Es la niña la solución o el triste divertimento? Aparte de grandes audiencias de televisión, otro de los negocios de los tiempos modernos ¿sirvió de algo la muy lamentable imagen del niño migrante ahogado en una playa? Puras imágenes icónicas que se utilizan para “hacerse los buenos” y ganar tiempo. O perderlo sin tomar decisiones

Desconozco cuál  es el peligro real del aumento de la temperatura y si tiene solución, pero sí que conozco la causa real de la contaminación: Los ineptos timoratos y egoístas que nos gobiernan en todo el mundo. Y, no eludamos responsabilidades, cada uno de nosotros, que jugamos a salvar el planeta y no queremos renunciar a las “ventajas” de la nueva civilización. Esta civilización depredadora y “fagocitadora” que acabará con nosotros.

Votos para hoy, o riqueza personal en forma de negocios sucios, destrucción para mañana.

4 comentarios en “Entre el cinismo y las medias verdades. El aumento de temperatura y la contaminación

  1. El fantástico negocio del ecologismo.

    Menudas temporadas llevamos con lo de que: «nos estamos cargando el planeta»; «yo, no quiero dejar un planeta con mares de plástico a mis hijos». No es tan simple, aunque lo de tirar cualquier cosa fuera de su lugar correspondiente es una aberración: pero eso solo se soluciona con una buena educación y compromiso.

    Tienes razón en lo de los botellones. Probablemente, muchos de los que dejan tanto plástico en el suelo tras un botellón, que impide ver el suelo y sus manchas, irán luego a protestar por la contaminación y contra los plásticos. Pero, lo harán con pancartas de plástico, relojes de plástico, teléfonos de plástico, y en su viaje habrán usado trenes, autocares o coches, en los que no cabe más plástico y resinas derivadas del mismo. Y en sus ropas llevan fibras sintéticas derivadas del petróleo. Mientras haya una gota de petróleo haremos productos derivados del mismo.
    ¿Cuántos de esos no dejan colillas en la playa, o tiran toallitas que no se degradan por el inodoro?

    Y, cierto, ha habido cambios climáticos antes de que apareciéramos los humanos y nuestros grandes inventos. Por eso que, echar la culpa de la tragedia al hombre se me antoja un gran atrevimiento.

    Por cierto, si tan magnífico es el ozono -del que nadie habla ya- ¿por qué algunas máquinas fotocopiadoras llevan filtros del mismo, producido al ionizar el aire la corriente de los corotrones o dicorotrones? ¿No podríamos producir ozono con corotrones gigantes en las cumbres de las montañas junto a los molinillos eólicos, que harían de impulsores?

    Bolskan ´19

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  2. Como parece que estamos de acuerdo en lo principal,, solo me queda agradecerte el comentario. En cuanto al ozono, y por lo que sé, es bueno y necesario en las capas altas de la atmósfera por su efecto protector, pero perjudicial para las vías respiratorias, los pulmones especialmente, si lo respiramos.

    Sin embargo y usado adecuadamente creo que tiene muchos beneficios. Entre ellos que es un excelente bactericida si se añade al agua potable.

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    • JeJeJe…
      Suelo incluir la ironía en parte de mis escritos, pero a veces es difícil apreciarla si no se especifica adecuadamente: lo digo por el ozono y los molinillos.

      Gracias.

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  3. Y así lo había entendido. Si he apuntado algo sobre el ozono es por si alguno de mis miles de lectores, si no millones, tienen dudas sobre las ventajas e inconvenientes de este gas, tan necesario para la vida.

    Ni soy médico ni químico, pero estamos en un mundo donde abundan los timadores, y seguro que más de uno está ofreciendo sus servicios de «curalotodo» utilizando el ozono.

    Otra vez gracias y hasta la próxima.

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