Pedro Sánchez tomó una decisión sobre su futuro personal y esta decisión ha causado una serie de efectos colaterales que afectan muy gravemente al futuro del Partido Socialista Español en sus opciones de formar gobierno y también a sus opciones de actuar como posible oposición en el parlamento.
Porque este partido, que no sé si continua siendo en el que milita nuestro actual presidente, ha perdido toda autoridad moral para acusar a futuras gobiernos de:
Mentir en el ejercicio de sus funciones de gobernante. Si algo está caracterizando a este gobierno, muy a nuestro pesar, es la gran cantidad de mentiras absolutas o de medias verdades sobre varios de los temas sobre los que ha sido preguntado. Lejos, muy lejos de aquel “los españoles merecen un Gobierno que no les mienta” de Rubalcaba que frustró la mayoría del PP en la candidatura de Mariano Rajoy. Visto con los ojos de hoy, suena a auténtica ciencia ficción.
Ocultación de datos, una de las constantes del gobierno actual, muy falto de transparencia cuando tanto la reclamaba desde la oposición. Y la oculta en temas de Estado y en temas menores, como puede ser el uso de medios públicos con fines privados apelando a un absurdo “secreto de Estado” que no hace más que añadir oscurantismo y sembrar dudas sobre algunas actuaciones del presidente y de otros miembros del ejecutivo entre los ciudadanos.
No respetar a los otros poderes del Estado. Todo lo contrario, a juzgar por los pasos dados por el gobierno, o sus declaraciones públicas, tratando de amordazar o de condicionar las decisiones del Poder Judicial, y su estrategia de puentearlo en cuanto tiene ocasión. La última prueba es el nombramiento de Dolores Delgado como Fiscal General del Estado, que, cumpliendo las condiciones requeridas para el cargo no reúne las más elementales condicione de idoneidad y que será nombrada con la oposición de todos los estamentos de la judicatura.
Ceder competencias peligrosas a las autonomías en un viaje sin retorno, llámese País Vasco o Cataluña, para conseguir apoyos en temas que no pasan de ser puros intereses personales del gobernante de turno, en este caso Pedro Sánchez, totalmente contradictorias con los interese de la nación. Conocemos los efectos negativos de que Cataluña tenga transferidas Prisiones.
Y en el País Vasco se están dando pasos realmente preocupantes sobre esta misma competencia o el pago de algunas prestaciones reservadas a la Seguridad Social. Y hay una propuesta de retirar a la Guardia Civil de Tráfico de Navarra.
Dar acceso a información sensible y al CNI a los filocomunistas del gobierno, a sabiendas de su estrecha relación con los independentistas, los grupos antisistema o los filo terroristas de Bildu. O que mantienen excelentes relaciones con Irán, con Venezuela y con otros países “revolucionarios” de Sudamérica
Decisión de consecuencias imprevisibles para las relaciones internacionales y la colaboración con otros países en temas de delincuencia o de terrorismo.
En efecto. Nosotros estamos acostumbrados a que se nos muestren imágenes caricaturizadas de Estados Unidos en función del presidente de cada momento, y es cierto que hay grandes diferencias en su imagen como país o en sus relaciones con el exterior según que ocupe el cargo Clinton, Obama o Trump, pero es mucho más cierto que sus servicios de inteligencia, por ejemplo, son grandes aliados nuestros y nos han ayudado de forma decisiva en prevenir o solucionar casos de terrorismo, por ejemplo.
Y lo mismo ocurre con las inteligencias de las naciones de Europa y del resto del mundo, que van a restringir, si no a eliminar, los canales de información con España por temor a filtraciones indeseables.
Como hizo la Guardia Civil y la Policía Nacional con la Ertzaina, sabiendo que tenía infiltrados de ETA, o con “els Mossos” de Cataluña con infiltrados independentistas.
Porque resultará inevitable que los países más sensatos en la lucha contra la delincuencia o el terrorismo vean a Pablo Iglesias como un infiltrado indeseable en los servicios de información españoles.
Actuar de forma irresponsable en política exterior. España, que consiguió un importante prestigio internacional en años anteriores, ha cambiado su solidez por una política errática que ha deteriorado muy notablemente su imagen internacional.
Y también en este aspecto se está ganando la desconfianza dela Unión Europea, o de los países americanos no incluidos entre los revolucionarios.
Y muy especialmente de los Estados Unidos que, esa sí, teniendo como presidente a Trump, nos puede costar muy cara en aranceles o medidas proteccionistas contra los productos españoles.
Y tantas otras cosas que desmerecen la solidez y el prestigio que debe adornar la figura del Gobierno de la nación.
Propiciar una política de gasto que conllevará enfrentamientos con la Comunidad Europea y aumentarán el déficit del estado, ya muy fuera de control.
La gran pregunta es ¿porque se ha llegado a este nivel de desatinos e incompetencias? Si antes teníamos dudas, ahora está meridianamente claro:
Por el egoísmo personal y la egolatría de Don Pedro Sánchez Castejón, actual presidente del gobierno, con la colaboración personal imprescindible de su gurú particular, Iván Redondo.
Porque cuando alguien contrata a un asesor personal para un determinado fin, se cumplen dos condiciones:
- La prioridad absoluta, el único objetivo del asesor contratado, es conseguir el objetivo para el que se le contrató sin que importen los daños colaterales. En este caso el fin buscado era la promoción personal de su cliente, Don Pedro Sánchez, casi “cueste lo que cueste” y con absoluta primacía sobre cualquier condicionante.
- La sumisión del cliente a su asesor, que se ve obligado a seguir las instrucciones recibidas en cuanto a conductas personales o, en este caso, decisiones políticas. Porque Iván Redondo no es el clásico asesor de imagen. Es un politólogo.
Es un planteamiento extremo pero, por lo que estamos comprobando, no parece estar demasiado alejado de la realidad.
Se cumplió el primer objetivo y como consecuencia, una vez alcanzado el gobierno de la nación soportado por fuerzas anómalas en el sentido de que todas ellas son enemigas declaradas del Estado en su concepción actual y de la propia nación Española, el gran reto es mantenerse en el poder. Y eso son palabras mayores.
Palabras mayores que se traducen en que el gurú asesor necesita mucho más poder porque ya no le basta con controlar a su cliente, sino también a todas las personas o las circunstancias externas que puedan amenazar este objetivo.
Razón por lo que nuestro Iván Redondo, con el título de Director del Gabinete de Presidente, se ha convertido en la persona con mayor poder jamás conocido en un gobierno de España sin pertenecer ni al poder ejecutivo, ni al legislativo, ni al judicial, ni tampoco a la Casa Real. Influencia y poder “con cargo”, no como los que podían tener las esposas, las amantes o los amigos de los gobernantes.
En este caso comparables a las del Cardenal Richelieu sobre el Rey de Francia o Rasputín en Rusia.
Es un poder sin control parlamentario. Dicen, con razón, que sí que está sometido a un control parlamentario indirecto, porque las decisiones no las toma él en persona ya que no pertenece al gobierno, sino los ministros. Y los ministros sí que tienen que dar cuenta de sus decisiones.
Aunque al final, que es lo que importa, el caso es que Iván Redondo tiene un poder casi ilimitado en el gobierno actual. Y que los acuerdos y las decisiones gubernamentales están comprometiendo muy seriamente el prestigio de España y condicionando su futuro inmediato.
Y ¿cómo se puede revertir esta situación?
Es prácticamente imposible porque Pedro Sánchez se ha encargado de mantener un control cerrado sobre los que deberían controlarle.
En el partido, el Comité Federal se ha convertido en una auténtica guardia pretoriana al servicio del césar, al que protege de enemigos externos. Y no parece tener fisuras. Solo se producirán, como siempre ocurre en política, si se atisba alguna amenaza seria al liderazgo del Secretario General, en cuyo caso surgirían los clásicos “ya lo advertía yo” de los que vayan abandonando el barco. Pero eso parece poco probable a corto plazo.
La más rápida y sencilla sería que los parlamentarios de una o varias comunidades votaran en contra de alguna ley o delos presupuestos generales si perjudican a sus comunidades en beneficio de otras. Las que chantajean al gobierno asegurando su estabilidad. Tampoco lo veo. Ni ellos, acomodados en listas electorales, ni sus barones territoriales tienen suficiente valor para anteponer los intereses de sus representados a las maniobras de Iván Redondo.
Y hay una tercera que no deja de sorprenderme. ¿Dónde están los ministros “serios” del gobierno? ¿Qué opina Margarita Robles, por ejemplo, sobre que Pablo Iglesias pueda tener información del CNI?
Es posible que en los consejos de ministros manifiesten su disconformidad, pero eso no me vale. Cuando se está jugando lo que se está jugando, Doña Margarita, la única forma de no ser corresponsable del desastre en el que estamos inmersos es dimitir.
Como no hizo e muy cobarde ministro Solbes que, años después, decía a tiros y troyanos que él ya había advertido al presidente Zapatero de sus errores en la economías. Errores que hubiera frenado dimitiendo y anunciando las razones por las que lo hacía.
Y la cuarta, no tan improbable como parece, es que se desmorone ese castillo en el aire que han montado con un gobierno coaligado con Podemos y apoyado por grupos disparatados. Podemos es Podemos y no cesará en su empeño de buscar protagonismo y fagotizar al PSOE desde dentro.
Como he comentado en otras ocasiones, nunca sale bien poner zorros a cuidar delas gallinas. Y en este caso, como se ha evidenciado y se evidenciará, el jefe delos zorros es mucho más inteligente que el jefe de las gallinas.
Así que, queridos amigos, en plena resaca por el Brexit, con el problema de los agricultores que se hará más acuciante cuando recorten las ayudas comunitarias, con aliados como Venezuela y bajo la sospecha de Europa y los Estados Unidos, con las amenazas de los independentistas que no se conformarán, como nunca lo han hecho, con dialogar, entre otras cosas.
¿Cómo será nuestro futuro inmediato?
Cuando, por mucho que niegue su muy poderosa máquina de propaganda, le hubiera resultado sumamente fácil buscar apoyos en el PP o Ciudadanos en asuntos de Estado que le garantizaran la investidura y la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado.
Lo que hubiera sido muy beneficioso para la nación y para su partido, el PSOE de toda la vida, no el Partido Sanchista Obrero español, pero malo para él porque tendría que ceder en parte de su proyecto.
Y ¡hasta ahí podríamos llegar!