Son días de muchas noticias y, especialmente, de muchas curiosidades.
Por ejemplo. Nuestro presidente, perfectamente legitimado digan lo que digan aunque haya conseguido el puesto de forma atípica, continúa con su campaña electoral basada en pocas ruedas de prensa y muchos titulares. Supongo que no querrá dar ruedas de prensa para no comprometerse con respuestas poco gratas para sus variopintos apoyadores, porque lo que gusta a unos puede ofenderá otros, pero eso es solo una de mis suposiciones.
Lo que es cierto de toda verdad ha sido el pacto para los presupuestos generales con Podemos que tanto ha escandalizado a muchos por el formato, pacto a dos, y por alguno de sus puntos.
A mí ni me sorprende ni me asusta. No me preocupa porque formamos parte de la Unión Europea que no permitirá barbaridades presupuestarias como no se las permitió a Grecia, por ejemplo. Veleidades y alguna frivolidad sí, pero siempre controlando el equilibrio necesario entre ingresos, nada claros, y gastos, evidentes.
Pero es que, según veo, esta decisión es un “gana – gana” para el presidente pase lo que pase. Resulta que el acuerdo con Podemos y aún con el beneplácito de Europa, no garantiza los votos suficientes para que se aprueben los presupuestos. Y si no prosperan porque los veta Europa, o los nacionalistas, o quien sea, siempre podrá prorrogar los de Rajoy diciendo que él “ha hecho todo lo que ha podido”. Bueno él, malos todos o parte de los demás. Y sigue la campaña.
A Podemos, creo que el tonto útil de esta farsa, no le valdrá tanto. Si la propuesta no prospera por alguna razón, dirán que hay que salirse de la Europa opresora, que el PSOE ha sido cobarde, y poco más que le valga como argumento serio.
Pero mi gran preocupación es no saber que podemos esperar de Podemos, valga la redundancia, de los que no me fio ni un pelo. Por mucho que “parezca que ya no”, el origen de Podemos y su verdadera razón de ser, fue trasladar a Europa los beneficios de la Revolución Bolivariana, fuente de ingresos para sus dirigentes antes de registrar el partido, asesores de Venezuela sobre muchas de sus estrategias para llegar al culmen de la revolución. Y de eso hace dos días. Algún día, cuando caiga Maduro, se sabrá toda la verdad, y será realmente interesante conocer pactos y documentos.
Aquí se habla mucho del Valle de los Caídos, no lo hago yo por cierto porque no forma parte de mis prioridades, llegando al extremo de que he leído, supongo que será verdad, que Podemos propone que se destruya la Cruz de la basílica. ¡Que disparate en forma de tinta de calamar! Venezuela, que está ahí generando malas noticias cada dos por tres, no existe. Y Franco es, casi casi, rabiosa actualidad.Algún día, cuando caiga Maduro, se sabrá toda la verdad, y será realmente interesante conocer pactos y documentos.
El “blanqueo” histórico es una de las enormes habilidades de la izquierda en general y de los extremistas en particular. Estos señores, que aconsejaron medidas que han hundido a Venezuela, se aceptan como colaboradores válidos para confeccionar presupuestos. La gente del País Vasco que ha asesinado simplemente “porque sí” ya que ninguna causa política justifica una sola muerte, aparecen como “gente de paz” simplemente porque han dejado de matar, y sus antiguos colaboradores necesarios ocupan puestos de responsabilidad en el País Vasco y en Navarra.Algún día, cuando caiga Maduro, se sabrá toda la verdad, y será realmente interesante conocer pactos y documentos.
Y en el caso de Podemos, la muestra de que ellos siguen a lo suyo, la prueba del algodón, es que acaban de reprobar al Rey Felipe VI en uno de sus formatos catalanes. Algún día, cuando caiga Maduro, se sabrá toda la verdad, y será realmente interesante conocer pactos y documentos.
Aclaremos las cosas y no tengo más remedio que hacer un poco de historia. El Rey Felipe es heredero de Juan Carlos, que no fue heredero del Rey Juan. El Rey Juan renunció a la corona para no crear un enfrentamiento familiar y dinástico, porque el 22 de julio de 1969 el príncipe don Juan Carlos era designado por Franco como su sucesor en la Jefatura del Estado con título de Rey.
Fue una de las muchas paradojas de Franco, monárquico declarado, que siempre consideró que España era un reino sin rey por las circunstancias especiales que obligaron al golpe de estado. Antes del alzamiento tenía muy buenas relaciones personales con Alfonso XIII, que le demostró total confianza en temas militares, y llegó a ser padrino de su boda, representado por el general Antonio Losada, entonces gobernador militar de Asturias.
Con el nombramiento del entonces príncipe trató de poner un fin honorable, según su lógica, al periodo de la dictadura. No podía aceptar a Don Juan, porque los poderes fácticos del momento nunca lo habrían permitido, y jugó su baza de crear una nueva dinastía con un Rey educado en los principios del movimiento.
En total desacuerdo con Don Juan, que se consideró Rey en el exilio y aspirante a recuperar la corona después de Franco, y con la rama Carlos Hugo de Borbón-Parma, que contaba con la simpatía de algunos personajes muy próximos a Franco.
Pero este nombramiento de una nueva monarquía, nunca heredera de los Borbones que se extinguió dinásticamente con Don Juan, estaba falto de legitimad moral al llegar la transición porque había sido una decisión de Franco, legitimidad que se consiguió, sin ninguna duda, cuando el texto de la Constitución Española, en su artículo 56, expresó que:
“1.- El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes.
2.- Su título es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona.
3.- La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65.2”
Y sigue con otros artículos que indican sus deberes y obligaciones, condiciones para heredar el título, etc.
Esta constitución se votó en referéndum el de 6 de diciembre de 1978 y fue aprobado por el 87,78 % de los votantes.
Luego, señores de Podemos y de todos los movimientos ultra y antisistema de nuestra gran nación, España tiene una Monarquía Parlamentaria muy legítima, porque así lo aprobamos, me incluyo, en aquella fecha de ilusiones, de esperanzas y, como no, de satisfacción por un trabajo bien hecho.
Y todos Uds., pueden aspirar legítimamente a que cambie la forma de Estado. Pueden organizar mil millones de mítines pidiendo una república Bolivariana o con el formato que más les apetezca, pero cualquier acto que se haga en contra del Rey Felipe, es ilegítimo, y, posiblemente, ilegal.
No confundan. Repito que la monarquía no está ahí porque la impuso Franco. Está en vigor porque los españoles así lo decidimos libremente en 1978.
Y mi gran preocupación es que Podemos, en mi opinión, sigue siendo un peligro para la estabilidad española porque a estas alturas no conocemos ni sus objetivos, ni mucho menos, a que están dispuestos para conseguirlos.
Y a las pruebas me remito. Una buena parte del auge del independentismo catalán se debe a la ambigüedad de este partido, si no a al apoyo a los separatistas. Movimiento de separatismo excluyente que han tratado de exportar a otras regiones apoyando a gente de ETA o a cualquier grupúsculo nacionalista de España. ¿Cuál era el objetivo? Lo desconozco. Pero, sea el que fuere, parece que les interesa mucho más una España rota que la que tenemos en la actualidad.
Y lo dice alguien que no consideró un peligro en la transición ni siquiera al “Partido Comunista de España (marxista – Leninista, Estalinista y Republicano)” con sede en Tirana y en Madrid, miembro del Frente Antifascista y Patriótico (el muy famoso FRAP). Y no le consideré un peligro porque suponía que era uno de tantos partidos residuales del comunismo ruso que no cabían en la Europa democrática.
Y me basaba, como me baso en la actiud de la actual IU, en que todos ellos tenían una gran virtud que no reconozco a los podemitas. Nunca mintieron, ni en sus objetivos ni en su estrategia para conseguirlos. Y, por lo que sabía de los comunistas, podía ser un peligro como forma de gobierno, pero no tenían doblez.
Podemos, cada vez más, me parece el partido más sibilino y opaco de la actualidad, incluidos los impresentables de Bildu y similares.
Será muy interesante ver el argumentario del PSOE contra Podemos, y viceversa, en las próximas elecciones. Porque ambos son, sin ninguna duda, enemigos mortales que tratarán de disputarse la titularidad de la izquierda española. Seguro que Sánchez e Iglesias no lucirán esa cara de satisfacción que han mostrado los días pasados.
Naturalmente todo lo anterior no es más que mi opinión, y los argumentos históricos son de mesa de camilla. Pero mis ideas, equivocadas o no, son fruto de experiencias personales vividas durante muchos años, y mi mesa camilla ha servido de soporte de lo mucho leído y oído a lo largo de mi vida.