Las miserias de nuestra querida Comunidad Valenciana. ¿Podemos caer más bajo?

Cuando conocí a Mónica Oltra, siempre por televisión, me pareció una política con camisetas-eslogan deseosa de prosperar y de hacerlo rápidamente. Recuerdo perfectamente aquel momento glorioso en el que, participando en una manifestación en el Cabañal, hizo todo lo posible para que un policía la golpeara con la porra o, al menos, que la agrediera de alguna forma que le resultara utilizable para montar fotos o vídeos de mujer defensora de derechos de los ciudadanos frente a la policía represora, sino asesina.

La cosa le salió mal porque el policía que tenía enfrente, según se pudo ver en las imágenes mostradas por televisión, se mostró muy profesional y no entró al trapo de las provocaciones. Al final la detuvieron por alteración del orden y desacato a la autoridad, pero fue una detención light, sin morbo ni merecedora de grandes titulares.

Luego muchos vídeos de escraches, muchas camisetas y mucho reclamar justicia popular para gente que tuviera la más mínima sombra de sospecha, pidiendo dimisiones sin cuento a gente como Francisco Camps por los famosos trajes, al que abrieron un montón de causas y del que consiguieron centenares de cabeceras de periódicos y la apertura de varias causas judiciales, aunque resultó absuelto de todas ellas.

Naturalmente sin disculpas de ningún tipo, ni de la prensa ni mucho menos de ella misma, pese a que había arruinado su carrera política. No me extrañaría que en alguna pared de su casa tenga una réplica de la cabeza de Camps como uno de sus trofeos de caza.

Pero ahora, muchos años después, resulta que se ve inmersa en un tristísimo acontecimiento de abuso de menores, protagonizado por el que entonces era su marido y rodeado de una serie de maniobras para que no saliera a la luz, o que, si salía, fuera con todo un montaje de falsedades tratando de intimidar a la víctima o de presentarla como alguien inestable y poco de fiar, que acabaron con la imagen final de verla entrar esposada en el juzgado cuando iba a presentar la denuncia, ante la indignación de la juez de la sala.

Y ahora que han descubierto suficientes indicios para encausarla, repito, pide “justicia democrática”, que debe ser la que no tiene más valor que la palabra de un político de tronío, aunque le hayan pillado con las manos en la masa.

Y ella, que es licenciada en derecho, alega persecuciones, cacerías, mala fe de la fiscal y emplea como argumento a su favor que la misma citación reconoce que no la acusan de delitos concretos, sino de “indicios suficientes”.

Puede que tanto cambiarse de camisetas hizo que olvidara los fundamentos de derecho y no recuerde que todo el mundo tiene la presunción de inocencia, incluso ella que nunca la respetó y que un delito no está constatado hasta que hay un juicio y un juez dicta sentencia. Incluso en los terribles casos en los que se ha pillado a alguien cubierto por la sangre de sus víctimas o abusando sexualmente de ellas.

Pero para que haya un juicio en el que se aclaren los hechos, es necesario que aparezcan sospechas que lo justifiquen. Hasta yo, que soy un simple aficionado, entiendo que un fiscal o un juez no me pueden citar alegando que “he cometido un delito”. Me citan para comprobar si lo he cometido. Así es la ley.

Y la segunda parte es que ha declarado y reiterado que no piensa dimitir porque “no ha cometido ningún delito”, dejando a los pies de los caballos al tan timorato como “honorable” presidente Ximo Puig, el que fue excelente alcalde de Morella y llegó a su nivel de incompetencia cuando le hicieron presidente, y también a nuestra comunidad, que está apareciendo como ejemplo de corrupción y lugar de delincuentes y de encubridores, no por haber robado o malversado, que también de eso tenemos alguna que otra cosita, pero sí de un delito mucho más despreciable, como es haber abusado sexualmente de una menor.

Delito que ha sido cabecera de cartel de la mitad de las ministras actuales y de un montón de plataformas en toda España.

Y ahora todos juegan al escondite, Mónica Oltra diciendo que no dimite, alegando que no hacerlo es un acto de “ética, estética y política”. Ximo Puig que no la cesa y su partido, Compromís, que en realidad es un conglomerado de partiditos, pensado si la quieren o no la quieren, pero amenazado al mismo tiempo con romper la coalición si la cesan.

Sin olvidar que, si se diera el caso de que Compromís logra convencerla de que dimita, sus posibles sustitutos son como para hacérselo mirar. Uno de ellos es mi admirado Baldoví, el político de talla que en su día, siendo alcalde de Sueca, fue catalogado como “el alcalde más opaco de la Comunitat” (Las Provincias 24 de marzo 2012), cuando el Sindic manifestó que “el incumplimiento reiterado del Ayuntamiento de Sueca en la obligación de presentar la cuenta general desde el ejercicio 2006 es un hecho a destacar».

Y se refiere al mismo Baldoví que ahora calienta asiento en el Congreso, ese político que ha prestado servicios tan destacables a nuestra comunidad y a España vistiendo camisas sin corbata, a pelo, que no deja de ser una imagen sin importancia, pero no casual. La del hombre que está en la lucha diaria, el currante incansable, el que está dispuesto a todo y siempre.

Eso sí, sin mojarse. Lanzando frases estudiadas y bastante simplonas, mezcladas con insultos a la “extrema derecha” o a los enemigos del gobierno al que apoya diga lo que diga o proponga lo que proponga, aunque perjudique a nuestra comunidad con algunas críticas de protocolo, eso sí, pero “a lo que manden”. Incomprensible porque el señor Baldoví, a diferencia de los parlamentarios valencianos, no está obligado por la disciplina de voto.

Así que, queridos amigos, preparémonos para una temporadita en la que nos sacarán las vergüenzas cada día en los informativos y en la que tirios y troyanos del gobierno de la comunidad tendrán como prioridad ver como salen de esta y que excusas encuentran para justificar lo injustificable.

Porque aquí no vale el típico tópico de que la causa de nuestros problemas es “Madrid” y que la solución para nuestra autonomía, o una de ellas, es que descentralicen ministerios y organismos del Estado.

Malo será que la vicepresidenta acabe en la cárcel, cosa que no creo, pero si con alguna inhabilitación si se demuestras los hechos denunciados. Aunque, de momento, no se salga del conocido “yo soy inocente de lo que me acusan”, lo mismo que han declarado el cien por cien de los políticos que ahora están en la cárcel y alguno que otro que realmente no habían cometido delito alguno.

Y que conste, aunque no me crean, que no critico a la señora Oltra por ser de izquierdas ni saco a colación el “caso Camps” porque sea de derechas. Es que las cosas son como son y fueron como fueron.

Con la desesperación, la impotencia, de comprobar que mantener a una persona en un sillón, como es el caso, parece mucho más importante que los intereses de toda una comunidad a la que condenarán al caos y al desgobierno si lo creen conveniente.

Y si le faltaba algo a la gran farsa, hemos podido presenciar el denigrante espectáculo de Compromís en el Botanic, que ha sido la gota que colma el vaso de mi indignación. Yo no se si a Mónica Oltra la declararán culpable o no, pero sí que, sea culpable o inocente, está anteponiendo su maldito ego a mis intereses, a todos nuestros intereses.

Y las explicaciones a los padres se dan en la intimidad, no en ese espectáculo público que me ha aparecido una enorme y mala actuación teatral, por mucho que haya lloriqueado mientas les decía lo buena, lo honrada y lo eficaz que ha sido en su puesto de trabajo.

Que, digo yo, supongo que sus padres ya lo sabrán.

El único que puede romper esta gran farsa es Ximo Puig. Y si con ello sufre ataques por lo que pueda haber hecho su hermano, que los sufra. Y si la coalición tiene que saltar por los aires, que salte.

Porque puede que haya alguna solución temporal de compromiso, y si no la hay, que convoque elecciones. Que cualquier cosa es mejor que permanecer en este estado catatónico que puede acabar de paralizar la poca y mala gestión del gobierno de la comunidad.

Valencia, 18 de junio de 2022

(En este enlace pueden ver lo sucedido esta mañana en el Botanic, vídeos incluidos)

https://www.cuatro.com/cuatroaldia/findesemana/20220618/compromis-apoya-monica-oltra-acto-valencia_18_06788020.html