Las milongas de nuestro presidente y el indulto a los políticos presos.

Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia”, fue uno de los sabios consejos que Don Quijote dio a Sancho cuando se suponía que iba a ser gobernador de la ínsula de Barataria. Un personaje, Don Quijote, que no entendía de marketing ni tenia asesores personales. Que nunca buscó ni hizo nada que le conviniera en lo personal y que dedicó su vida, ¡pobre loco! a solucionar las injusticias sociales y los abusos de los poderosos de su momento.

Sabio consejo este que debería atender Pedro Sánchez, nuestro presidente, el que lleva camino de convertir a España en una nación impensada, casi irreal. No en una Barataria supuestamente regida por el orden, la concordia, la generosidad y la honestidad, sino en una especie de antípoda imaginaria en la que no cabrían ni Don Quijote y el buen Sancho.

Y viene a cuento de otro de los comentarios del último “aló presidente” cuando respondía a una pregunta sobre posibles indultos a los políticos presos en Cataluña por haber cometido un delito de sedición. Contestación, como todas las suyas, camuflada con frases buenistas y confusas y con sus clásicas divagaciones afirmando, entre otras cosas, que todos “somos culpables” de lo sucedido en Cataluña y majaderías semejantes.

Y no dijo que no, con lo que adelantó el sí.

Señor presidente, el Estado español no es responsable en absoluto de los delitos cometidos por los condenados, como tampoco lo fue las otras veces que lo intentaron, la última en la Segunda República. Y si quiere indultarles haciendo uso de la facultad que le concede el cargo, hágalo sin más. Será un acto legal estemos o no de acuerdo con la decisión y será usted quien cargue con la responsabilidad política de su decisión.

Aquí, Señor Sánchez,  no hay equidistancia posible, porque el Estado es la ley. Los infractores, en este caso muy conocedores de la gravedad de sus decisiones y repetidamente advertidos por la judicatura española, por los servicios jurídicos de la Generalitat e incluso por el Tribunal Constitucional, no son víctimas de nada ni de nadie. Son los infractores.

Pero les indulte o no les indulte, si cambia la ley que no sea para favorecer al delincuente, sino para aclarar o modernizar conceptos. Hoy no son necesarias las armas para dar un golpe de Estado, por ejemplo. Bastaría con dirigirlo manteniendo a la nación prisionera y desarmada con un grupo de hackers bloqueando las comunicaciones y controlando redes oficiales, ordenadores de las Fuerzas Armadas y servidores de bancos y entidades financieras para conseguirlo. Pasando de la democracia al Gran Hermano.

Luego ya vendrían las fuerzas armadas del golpista para “mantener el orden”, pero el golpe de estado ya estaría consumado y eso sería rebelión en un concepto moderno de la tecnología y del control de una nación.

Y dicho lo anterior le aseguro que yo no soy nada revanchista. Lo mismo que creo en la ley creo en las segundas oportunidades y en la posibilidad de doblar la vara de la justicia por la fuerza de la misericordia. Pero siempre que se cumplan una serie de circunstancias que aquí ni se han dado ni hay ningún atisbo de que se puedan dar.

Porque sus favorecidos han reiterado tantas veces como se les ha preguntado que no se arrepienten de lo hecho y que, si tienen oportunidad, lo volverán a hacer. “Ho tornarem a fer”, dicen en su hermosa lengua materna.

Luego, si no hay ninguna justificación para aplicar la misericordia, solo nos queda afirmar que la vara de la justicia se puede doblar por la dádiva. Por el apoyo parlamentario que le están prestando los independentistas catalanes y que es la única forma de asegurar su legislatura sin pactar con partidos constitucionalistas.

Y le pongo un ejemplo con la salvedad de que en este caso no hay derramamiento de sangre de por medio: ETA comenzó a matar y, contra muchos pronósticos, siguió haciéndolo durante la democracia, incluso con mucha más violencia porque ellos también querían “volver a hacerlo”.

No quiero entrar en detalles, pero después de varias diferencias y muchas idas y venidas respecto a la violencia operativa, dentro del seno de la organización asesina se formaron dos corrientes diferenciadas: Los militares, la ETA mili que querían seguir matando y los poli-milis, la ETA político-militar que creía que había llegado el momento de tomar otro camino y buscar la vía política para conseguir sus objetivos.

Este grupo llegó a fundar la llamada alternativa KAS (Koordinadora Abertzale Sozialista) que incluso se presentó a unas elecciones.

Pues bien, muchos de los etarras que dejaron las armas en aquellos tiempos se encontraron con un gobierno que les ayudó y que amnistió o redujo las penas de muchos de ellos. Cosa que me pareció muy bien, como a la gran mayoría de españoles, porque se tenía la seguridad de que era un arrepentimiento sincero y que los beneficiados no volverían a las andadas.

Y como ejemplo, uno de los más destacados, al que recuerdo perfectamente, fue Mario Onaindia, que pasó de terrorista a dirigente de Eushadiko Ezkerra y parlamentario vasco por el Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezkerra.

Insisto, la ley, señor presidente, le permite indultar a quién usted quiera, incluso con la opinión contraria de la judicatura, pero no nos cuente milongas. Hágalo y punto. Que le va en ello la permanencia del gobierno “Pode-Socialista” que nos ha toca en suerte gracias a nuestros votos.

El mal gusto de Sandra Gómez, nuestra vicealcaldesa

Sandra Gómez, vicealcaldesa de Valencia y secretaria general del Partido Socialista de esta ciudad, nos ha sorprendido con una felicitación de Navidad absolutamente desacertada, inadecuada y claramente inoportuna.

La única explicación a esta ofensa gratuita a la comunidad cristiana valenciana y al buen gusto del resto de sus conciudadanos, es que pretenda hacer méritos ante los dirigentes del nuevo Partido Socialista Obrero Español. Porque, según me aseguraban hace dos años amigos que la tratan con cierta frecuencia, es una mujer solvente y, utilizando el argot popular, “con cabeza”.

La imagen, sobradamente difundida, presenta a una supuesta Virgen María en pleno parto natural y con imágenes explícitas de un niño que ya asoma la cabeza. Y el pretexto aducido es defender el valor de la mujer y su papel imprescindible como madre en la familia y en la sociedad.

Y lo ha hecho, según parece, empleando frases tan finas como esta que escribió en su perfil. “Que el día de hoy sirva para recordar lo maravillosas […] que son las mujeres. (Y para que recordemos también cuánto vale nuestro coño) -, Levante-EMV

Es decir, aprovecha el momento navideño para reivindicar el feminismo radical con frases tan agresivas como falsas, ya que quién nació en Belén no fue Dios, para los cristianos “el no nacido”, sino su Hijo. Y debería saber muy bien, seguro que lo sabe, que el misterio de la vida va mucho más allá de un parto.

Y, por supuesto, no voy a entrar en un debate sobre el feminismo porque el hecho de la Navidad, de la Natividad, tampoco debe ser palanca adecuada para debates políticos o sociales.

Los cristianos, señora Gómez, sabemos sin que usted nos lo explique que Jesús nació de María y que sería un parto natural porque José buscaba para ella un lugar en el que parir y mantener caliente a su hijo. Ningún ángel construyó para ellos una cavidad de estrellas cálida y acogedora. Ni siquiera influyó para que encontraran una posada más adecuada para el alumbramiento.

Y todos sabemos lo que es un parto natural sin necesidad de que nos dé una lección de anatomía o de ginecología con la imagen que ha elegido. Por lo que su extraña felicitación y el motivo que la acompaña no hacen más que poner en evidencia una personalidad cobarde, cínica y antisocial.

Cobarde porque usted no proclama el valor del parto, que es algo sublime, el día dieciséis de Junio, pongo por caso, sino que lo hace aprovechando el tirón social y religioso de las fiestas navideñas y señala a María como sujeto de su argumentación.

Desconozco si usted es católica o no, aunque parece no serlo porque  nos ofende gratuitamente. No voy a contarle el consabido “por qué no se mete con otras religiones” porque yo no quiero que se meta con ninguna de ellas. Ni con el mundo islámico, mayoritariamente pacífico pese a la imagen alterada por el fanatismo minoritario, ni con ninguna de las demás reconocidas en la faz de la tierra.

Es cierto que la católica es la más “inofensiva” del momento porque ni contesta con represalias físicas ni con denuncias en los tribunales, pero no se trata de eso. La iglesia católica, ella lo sabe y por eso se “arriesga” a ofenderla, es como los sacos de entrenamiento de boxeadores, que no reaccionan ante los golpes.

Opiniones más o menos airadas aparte, nadie la va a atacar y no corre más riesgos que escuchar algún que otro reproche de los que se crucen en su camino.

Su desatino es lo menos que se puede esperar de una persona culta, usted es universitaria y supuestamente tolerante por ser socialista, en el antiguo concepto del socialismo. Y si es atea, o agnóstica o lo que quiera ser, disfrute de la parte lúdica de estas fechas, compre regalos, cene con su familia si son seis o menos y déjenos en paz con nuestras ideas, nuestras tradiciones y, si me apura, con nuestros errores.

Es cínica por lo que digo anteriormente. Porque juega al doble juego de celebrar la Navidad, una fiesta religiosa y hacerlo a su manera, utilizando su tirón social como amplificador de sus ideas o de su valor como dirigente del PSOE. Es cierto que no insulta a la Virgen ni a los católicos directamente, faltaría más, pero es un ataque claro a la fe cristiana que idealiza y magnifica la figura de María como madre de la cristiandad.

Y es antisocial porque con esta “felicitación” ofende gratuitamente a una parte importante de la sociedad que, siendo católicos o no, respetan a los que si lo somos y también el buen gusto en los mensajes.

Nuestro presidente de gobierno no ha pronunciado ni una sola vez la palabra Navidad, y hay muchos que llaman a estas fechas las de la amistad, o las de la familia, o lo que quieran llamarla, pero sin ofender a los que le damos el sentido cristiano que nosotros le damos.

Así que, Señora Gómez, siga haciendo méritos a costa de ofender o intentar humillar a parte de la ciudadanía. Yo por mi parte le deseo un año mejor que el que estamos terminando, un mejor juicio para tratar temas tan sensibles como este y, aunque no soy de dar consejos, un reajuste en su concepto del feminismo porque este, se lo aseguro, no mejorará para nada su carrera política.  

Feliz 2021, año en el que, pase lo que pase, volveremos a tener una Navidad.

Y espero, por el bien de la humanidad, que no se descubra una placenta artificial en la que hacer crecer un óvulo fecundado porque, desde ese momento, el valor de su coño, perdóneme la expresión pero es usted quién la ha utilizado, perdería muchos, muchos enteros para su extraño feminismo militante.

Que así no sea.

Un ejemplo práctico de las cosas que nos están pasando y que provocan enfrentamientos innecesarios. El “hombre de la manta” de Bocairent

Hace unos días, el periodista José Luis Torró publicó en el ABC de Valencia un artículo en el que criticaba la política de igualdad del gobierno y muy especialmente de la parte “Podemos” que lo compone, utilizando una frase que ha levantado mucha polémica: “según Irene Montero, el conocido como “Monumento al Hombre de la manta’ de Bocairent representa en sí mismo un caso de discriminación hacia la mujer

No entro en valorar su opinión sobre el fondo del artículo, si bien coincido en parte de lo que dice, porque quiero centrarme en el hecho en sí. El texto del artículo y las reacciones que ha provocado

Es claro y notorio que el autor ha escrito un artículo-ficción sobre unos supuestos que, según su opinión, serían objeto de crítica del ala radical de los feministas. Y la evidencia de que es pura ficción se aclara en uno de los párrafos, cuando dice “No crea el lector (o lectora, no vayamos a liarla) que se trata de dos noticias en exceso fantasiosas. Lo son, en efecto, pero perfectamente podrían formar parte, y no desentonarían, en una antología del disparate protagonizado por autoridades que pretende aplicar leyes y normas que por absurdas, cuando no ridículas o estúpidas, acaban por ir contra los intereses de ciudadanos a instituciones. “

Artículo que ha levantado un montón de críticas, la mayoría de ellas mostrando su indignación por el párrafo que dice: “El Ayuntamiento de Bocairent ha recibido un requerimiento del Ministerio de Igualdad, presidido por Irene Montero, pareja del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, en el que se le recuerda que en una notificación anterior se establecía un plazo, que finaliza la próxima semana, última de este año 2020, por el que debía informar de los planes que pensaba poner en marcha con el fin de “corregir” (ese es el verbo utilizado por el Ministerio) “la grave discriminación que supone la existencia a la entrada de la población del conocido como “Monumento al Hombre de la manta”, que representa en sí mismo un caso de discriminación hacia la mujer”, otros porque lo han considerado como una “noticia falsa”, sin más y el resto porque no están de acuerdo con la crítica a Irene Montero.

El primer grupo, por supuesto, lo han considerado una noticia real.

Y ha sucedido porque, como suele ocurrir en estos tiempos, hemos perdido el hábito de leer y preferimos escuchar lo que otros nos cuentan, sin molestarnos en comprobar la veracidad de lo divulgado. Algo así como aquel famoso chiste sobre los militares que empezaba diciendo “Mañana a las nueve habrá un eclipse de sol, fenómeno que no ocurre todos los días. Ordene que salga la tropa al patio en traje de faena para que puedan observar esta rareza natural, y yo estaré presente para explicarla. Si llueve, no podrá verse nada, así que ordenará usted que se lleven la tropa al gimnasio” y acababa, después de varias “transmisiones” en la escala de mando con una orden del sargento a la tropa que decía” Mañana a las nueve el eclipse del coronel en traje de faena por el sol tendrá lugar en el gimnasio; si llueve allí, cosa que no ocurre todos los días, la tropa formará en el patio”.

Y que la tropa interpretó libremente como “Mañana si llueve, el sol eclipsará al coronel en el gimnasio. Lástima que esto no ocurra todos los días.

Y es mucho más lamentable cuando hoy en día es tan fácil acudir a las fuentes y leer con nuestros propios ojos lo que alguien ha escrito sin aceptar interpretaciones de nadie.

Me figuro que nuestro hombre de la manta observará lo ocurrido desde lo alto de su pedestal y pensará, como Asterix de los romanos, que “los mortales estamos locos”. Y luego apretará un poco más el codo en su costado para ceñir mejor la manta a su cuerpo y que le proteja un poco más del frio. Porque frio, lo que se dice frio, sí que estará pasando.

O quizás sea, esta sí, una noticia falsa.

Si alguno está interesado en leer el artículo, lo encontrará en esta dirección IP:

José Luis Torró: La ministra de Igualdad y el «Hombre de la manta» (abc.es)

La preocupación de los españoles por la Monarquía

El otro día, y en función de una pregunta planteada en la última encuesta del CIS, Tezanos nos informó de que “la Monarquía solo le preocupa al 0,3% de los españoles”, lo que en números absolutos son 14.100. Cifra que en si misma suena como muy ridícula.

Naturalmente este porcentaje responde muy concretamente a la pregunta formulada que, como suele ocurrir con este tipo de contestaciones, se difunde con una u otra interpretación según el medio que las presenta. Porque no es lo mismo que los españoles coloquen a la Monarquía entre las últimas de sus preocupaciones, que afirmar que la Monarquía solo le preocupa al 0,3 de los españoles. Parece lo mismo, pero no lo es.

Lo cierto es que, se tome como se tome, son cifras realmente bajas que necesitarían una cierta aclaración que no tenemos pero que yo me atrevo a aventurar.

No hay ninguna duda de que en España hay muchos más republicanos que monárquicos, pero en ambos casos pocos de ellos son militantes activos. Y para una buena parte de los republicanos y por lo que conozco de mis círculos más próximos, la republica es algo que les gustaría tener o haber tenido, pero saben que en este momento solo es otra forma de Estado que no alteraría en absoluto nuestro estado de bienestar, o de “mal estar” según se mire,   ni nuestra organización social, ni mucho menos la forma de hacer política.

Porque en ambos sistemas, la máxima autoridad, Rey o Presidente de la República, son cargos  más figurativos que operativos. Son referencias nacionales y entidades mediadoras y poco más.

Excepto las monarquías absolutas, que solo existen en países del tercer mundo, o en los países en los que el presidente de la República ejerce la autoridad directa, como es el caso de Francia o de Estados Unidos.

Y es por eso por lo que el sentirse republicano no implica que tener una Monarquía como la española suponga un problema para la inmensa mayoría de los españoles con esos sentimientos.

Dicho de otra forma, no es algo por lo que luchar más allá de manifestar una opinión o de dirigir el voto a los partidos supuestamente “más republicanos”. Y de ahí que no se vea como “una preocupación”.

Hablando de mi opinión personal sobre el tema debo manifestar que no soy monárquico porque no tengo edad ni razones para serlo, ni tampoco republicano por las mismas circunstancias. Soy liberal según el modelo anglosajón y respeto lo que se decida democráticamente porque estoy seguro de que realmente ambas formas de Estado no tienen más diferencia que educar a una persona para ejercer el cargo, porque es hereditario, o tener un Jefe del Estado elegido por votación. Y no me vengan con el rollo de las chapuzas del Rey emérito, absolutamente imperdonables en lo personal, porque estamos hablando de instituciones y no de personas.

Como he repetido no sé cuántas veces, escándalos en las familias reales de Gran Bretaña o de Holanda, por poner un ejemplo, o la muy lamentable actuación personal de prácticamente todos  los Presidentes de la República Francesa desde la segunda guerra mundial, por poner otro, los hemos tenido de todos los colores. Y en todos estos países, todos ellos con gran tradición democrática, que no es nuestro caso, se ha puesto a caer de un burro a los “infractores”, pero nadie ha cuestionado ni a la Monarquía ni a la República como forma de Estado.

Y que convivir en una república tampoco ofrece ninguna garantía. Ni mucho menos. Y si alguien cree que no es así, imagínense que tuviéramos como presidente a Aznar o a Zapatero. ¿Alguien cree que mantendrían un mínimo de imparcialidad? Eso solo ocurre en naciones con gran tradición republicana, como Italia, donde es una figura más neutral y respetada.

Ni tampoco en la forma de actuar de los políticos. Seguro que Sánchez, Iglesias, Casado, Abascal o Arrimadas se comportarían exactamente igual que lo hacen ahora porque sus únicos condicionantes, como ocurre en este momento, serían las leyes y, en último término, la Comunidad Económica Europea.

Los partidos antiespañoles como ERC, Bildu y el PNV sí que estarían más cómodos en una República porque la historia nos recuerda que han sido muy de hacer locuras. Especialmente en la Primera República, esa de la que nadie habla, hasta el punto de propiciar la fragmentación de España, el nacimiento del cantonalismo, e incluso la declaraciones de guerra entre ciudades que se auto proclamaron como un estado fuera de la nación española.

Pero también la Segunda República tuvo conatos de rebelión en algunas zonas y permitió el ensayo catalán propuesto por Lluís Companys que, como ha ocurrido recientemente con otros dirigentes independentistas, actuó tan deslealmente con el Estado español y con la República que lo representaba que tuvieron que encarcelarle.

De hecho, de los tres bienios, solo fue sensato y modernizador el primero. De los otros dos mejor no opinar.

Ergo tiene mucho sentido que la Monarquía esté a la cola de nuestras preocupaciones en un momento en el que tenemos tantas amenazas a nuestro alrededor. La más inmediata, por supuesto, la pandemia en sí y sus daños colaterales.

Ese comentario coincide con el tradicional mensaje de Navidad del Rey de España. Será esta noche y es bueno aclarar algunas de las confusiones que se suele tener y/o divulgar sobre su formato y contenido.

En primer lugar hay que saber que es el Rey el que ensambla el mensaje, pero la tradición y también la lógica democrática, obliga a que tenga el visto bueno del gobierno. No es un mensaje escrito por el propio gobierno y leído por el Rey, como ocurre en casi todos los de la Reina de Inglaterra, pero sí que requiere un cierto consenso.

Lo segundo y más importante es que los mensajes del Rey, pese a lo que dicen sus detractores, nunca tienen contenido político. Hacen una panorámica sobre lo ocurrido en el año que termina, nos da algunos consejos y nos felicita afectuosamente desde su despacho de la Zarzuela.

Y tampoco hizo política en el famoso mensaje con el que se ganó el odio visceral de los independentistas catalanes que siguen exigiendo una rectificación. Fue un mensaje “constitucional” porque  el Rey, eso sí, es el primer garante y defensor de nuestra carta magna, por lo que pedir que se cumpliera la Constitución no era hacer política, era, simplemente, su obligación institucional en un momento en el que se estaban produciendo hechos lamentables que amenazaban la integridad de la nación y que terminaron con condenas a sus promotores.

Hacer política sería condenar las ideas independentistas por muy extremas que se manifestaran. Pedir que se respete la unidad de España no. Es lo mínimo que se puede esperar del Rey, en este caso, como se debería esperar del Presidente de la República si fuera esa la forma de Estado.

Así que, querido amigos, no acepten ni disculpen la manipulación y el populismo. El Rey, que está siendo vapuleado por algunos partidos y, lo que resulta más lamentable, por una parte del gobierno, es, sin ninguna duda, el más imparcial de los españoles. Y lo es por razones de su cargo.

Como se decía antaño, ¡larga vida al Rey!

El huevo o la gallina – De políticos representantes a caudillos todopoderosos poco de fiar.

El gobierno ha aprobado con urgencia una ley de educación sin consultar con ninguno de los estamentos o colectivos expertos o afectados, otra ley que aprueba la eutanasia sin escuchar ni a médicos, ni a sicólogos, ni a bioéticos, ni a nadie medianamente experto en tema tan delicado y está intentando sacar adelante otra que limitaría las funciones y competencias del Consejo Superior del Poder Judicial a partir de la prórroga en la renovación de sus vocales, sin atender a las muy fundadas razones de la Judicatura cuando dice que es un tema que deben resolver los políticos y no ellos, víctimas de la inoperancia de los responsables de nombrarlos.

Y este hecho, la ausencia de asesoramientos profesionales en su gestión, permiten afirmar que son leyes aprobadas por criterios puramente políticos o ideológicos

Es cierto que todas llevan el nombre de los ministros que las han impulsado o defendido en el Congreso, pero sabemos que teniendo un gobierno tan sujeto al líder, es el propio presidente el que está detrás de cada una de ellas. Porque nadie en la  Moncloa, ni siquiera los que aparecen más independientes, osarían levantar una ceja sin su permiso.

Por lo que podemos suponer que Pedro Sánchez, licenciado en Ciencias Económicas y con la única experiencia fuera de la política de haber dado clases en la Universidad Camilo José Cela, seguramente empujado por Pablo Iglesias, licenciado en Ciencias Políticas y profesor interino de la Complutense y siempre asesorado por Iván redondo, el Rasputín de la Moncloa, licenciado en Humanidades y Comunicación por la Universidad de Deusto y con un grado de especialización en Información Económica por la Universidad Complutense de Madrid, han alcanzado el culmen de la sabiduría, si no el don de la ciencia infusa y saben más que docentes, padres, sicólogos, médicos, juristas, bioéticos y que cualquier experto en las mil materias que influyen en el normal desarrollo de una sociedad.

Y nos encontramos con la rocambolesca situación de que siendo como eran en un principio nuestros “representantes”, los que actuarían según la voluntad “del pueblo”, se han convertido en dirigentes de hecho, en líderes sociales que se pasan el día dándonos instrucciones o dictando leyes que condicionan nuestra vida y, en muchos casos, nuestros derechos y libertades.

Me dirán que el gobierno ha obtenido una mayoría de votos en estas propuestas, pero tener mayoría de escaños a favor no supone tener mayoría de votos populares y, por otro lado, es evidente que esta circunstancia no les faculta para tomar decisiones fuera de la lógica parlamentaria o, en muchos casos, de dudosa constitucionalidad. Mayoría, grandes mayorías, tuvieron Hitler y otros grandes genocidas o farsantes de la historia reciente.

Como el hecho de que hayan decretado el estado de alarma durante seis meses, sin necesidad de renovarlo cada quince días como manda la Constitución, situación que permite al gobierno evadir la gran mayoría de controles a los que está sujeto por ley.

Ni tampoco es de recibo que leyes de tanto calado no se consensuen con la otra mitad de los congresistas y salgan adelante con el apoyo de un montón de partidos de ideologías diversas y confusas, a las que solo les une el interés mutuo de mantener a Sánchez en la Moncloa por propia conveniencia y deshacer lo conseguido en lo que ellos llaman “régimen del 78”.

Sigamos así. Con un gobierno que  ha manejado y sigue manejando la pandemia con criterios políticos, como si formara parte de un prolongado proceso electoral. Y que ha mentido cuando anunció un comité de expertos inexistente, o ha creado polémicas innecesarias enfrentándose con algunas comunidades, especialmente con la de Madrid.

Y que se mantiene a la espera de recoger los posibles éxitos sobre la maldita plaga, que los habrá, culpando a las autonomías de todo lo que salga mal. Menos a la catalana y a la vasca, porque necesita su apoyo parlamentario.

Al paso que vamos, el problema de la atención primaria se solucionará poniendo a un político en cada consulta, será un político el que de clases a nuestros hijos o nietos en los centros de enseñanza y será un político, como no, quien nos juzgue en los tribunales españoles. Porque el siguiente paso será que la sabiduría alcanzada por los grandes urdidores de la actualidad nacional se adquirirá con solo formar parte de una lista electoral

Y desde ese momento, todo será vino y rosas. Especialmente para los políticos.

La Transición fue una maravilla de maniobra política estudiada y aplaudida en el resto del mundo. Me temo que dentro de muy poco también seremos objeto de análisis internacional, pero por todo lo contrario.

Porque las universidades y los analistas políticos del mundo occidental, (no los “politólogos” porque estos, como nos ha demostrado Iván Redondo con su trayectoria profesional, solo son mercenarios al servicio del mejor pagador), tratarán de comprender como es posible que un Estado con la Constitución más moderna del mundo occidental, con unas leyes garantistas hasta el extremo de proteger demasiado al infractor, con unos avances sociales muy importantes y con una descentralización única en estados no confederales, por ejemplo, sea capaz de retroceder en la historia derivando hacia el comunismo trasnochado y deshaga nuestros logros democráticos avanzando hacia un gobierno autoritario que intenta controlar al resto de los poderes del Estado.

Porque los pretextos aducidos, república versus monarquía por ejemplo, solo son cortinas de humo. Si estuviéramos en una república y controlaran el poder los tres mencionados, Sánchez, Iglesias y Redondo, pueden estar seguros de que la ciudadanía estaría exactamente igual de secuestrada legalmente que lo está ahora y que los susodichos seguirían utilizando brechas en las leyes y retorciendo normas y buenas prácticas de gobierno para conseguir un poder absoluto con fachada de democracia, como ocurre en Venezuela, por ejemplo.

Como acabo casi siempre en los últimos tiempos y en espera de esa Ley Electoral moderna que no verán mis ojos, siempre nos quedará Europa

La triste historia del Sahara Occidental y el intrusismo de Trump, «el caducado»:

No trato de relatar la muy compleja situación que se vivió en la España del tardo franquismo, con Franco enfermo y el entonces príncipe Juan Carlos en funciones de Jefe del Estado, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas puso en marcha el proceso de descolonización de territorios que afectó, entre otros muchos, a nuestras posesiones de Ifni y del Sahara Occidental.

Y Marruecos aprovechó la ocasión para tratar de integrar ambos territorios como parte de su país, lo que le enfrentó con España que se negó a cederles la soberanía.

El tema de Ifni, que no es el que me ocupa en este momento, se resolvió tras algunos episodios de lucha en los años 1957 y 1958, la llamada “guerra de Ifni”, que terminaron con la cesión de este territorio al Reino de Marruecos, por lo que esta parte del Sahara, en la que había muchos partidarios de esta unión, se integró en este estado.

Pero no ocurrió lo  mismo con el Sahara Occidental que quiso declararse estado independiente, a lo que se opuso Marruecos y con el apoyo de la gran mayoría de la población saharaui.

La descolonización no preveía anexiones forzadas porque se suponía que cada antigua colonia pasaría a ser nuevo estado, como ocurrió en la gran mayoría de los casos, por lo que la posición de Marruecos reclamando que el Sahara Occidental era una prolongación natural de su territorio y la de la antigua colonia, luego provincia española, terminó generando un conflicto que provocó la intervención de la ONU.

Para resolverlo de forma imparcial y atendiendo la negativa de los saharauis a las pretensiones de Marruecos, este organismo decidió que se convocara un referéndum y que mientras se organizaba, España actuaría como administradora del territorio. Referéndum que todavía sigue pendiente por las muchas trabas que Marruecos ha puesto a su celebración.

Como he dicho antes hay que aclarar que en aquel momento y para el estado español, el Sahara Occidental ya no tenía el estatus de territorio colonizado porque se les había convertido en provincia española, como lo eran Valencia o Albacete, pongo por caso. De hecho tenían representantes en las Cortes Españolas, a las que daban un aire exótico porque acudían con sus vestiduras tradicionales.

Quiero añadir, como curiosidad, que yo visité el Aaiún, su capital, estando embarcado en el destructor Lepanto cuando todavía era provincia española.

Y esta continúa siendo la situación actual: Un territorio ambicionado por Marruecos contra la voluntad mayoritaria de los saharauis y en espera del referéndum que les confirme como nación soberana.

Pues bien. La semana pasada aparece el muy moderado Trump y decide que los Estados Unidos reconocen al Sahara Occidental como territorio marroquí y pone en un brete a la ONU y al gobierno español, su administrador.

¿Cuál es el problema? Desde el punto de vista legal ninguno porque este territorio sigue siendo independiente en espera del referéndum, pero desde el punto de vista político supone una interferencia inadmisible sobre la soberanía de un territorio no perteneciente a los Estados Unidos y bajo la tutela de la ONU. Mucho más grave que cuando decidió considerar a Jerusalén capital de Israel en lugar de Tel Aviv.

Es evidente que ni Estados Unidos ni ninguna otra nación pueden decidir por su cuenta que el Sahara Occidental pertenece a Marruecos o a Mauritania, su vecina del sur.  Y no tiene ninguna validez legal porque Trump, por mucho que él crea lo contrario, no es el amo del mundo ni señor de horca y cuchillo.

Podría, eso sí, presentar una propuesta en la ONU, pero entonces se tendría que someter a la decisión de la mayoría y no parece probable que consiguiera cambiar la situación geo estratégica de la zona. Y semejante dislate, sin un organismo que ampare esta voluntad de caudillo imperialista, solo puede tener un final infeliz para todas las partes.

¿Cuál ha sido la razón? ¿Qué tiene de especial Marruecos para Estados Unidos? Hubo un tiempo, siendo presidente Zapatero y gracias a sus torpezas con la diplomacia estadounidense, que se rumoreó que Estados Unidos estaba tanteando la posibilidad de considerar a Marruecos como un aliado preferente y montar en ese país parte de su logística estratégica. Pero al final triunfó el sentido común y se decidió dejar las cosas como estaban y continuar con las instalaciones de Rota. Porque España, al margen de quién la gobierne en cada momento, es una nación fiable, con una estabilidad garantizada y miembro activo de la OTAN.

Marruecos es una de las naciones más estables del mundo árabe, pero es un estado musulmán y esta condición genera un cierto riesgo de inestabilidad provocado por los fundamentalismos. Como está ocurriendo en Turquía o como ocurrió en Egipto o Túnez, donde la carga cultural de sus tradiciones no ha soportado una occidentalización creciente de sus costumbres y el florecimiento de una nueva cultura que en muchas ocasiones contraviene preceptos del Islam.

Y, por otra parte, con armas tan sofisticadas como las actuales y su largo alcance, ya no hacen tan necesarias las bases militares en otros países, excepto como apoyo logístico o para descanso de sus buques o aviones y de sus dotaciones.

¿Qué otra razón puede haber? Una que parece muy evidente es que el lobby judío estadounidense sigue teniendo el mismo poder de siempre, porque en ambos casos, declarar Jerusalén como capital de Israel y al Sahara como territorio marroquí, ha tenido como condición un cambio de las relaciones diplomáticas  de Israel con países árabes. En este caso el “precio” ha sido que Marruecos estableciera relaciones diplomáticas con la nación judía.

Aunque no estoy muy seguro si el apoyo a este lobby es por intereses de los Estados Unidos, por los suyos propios, o por ambos. No olvidemos que Trump, el supermillonario y gran empresario con declaraciones negativas a hacienda, deja de ser presidente y le conviene tener buenas relaciones con el mundo de los negocios y las finanzas.

Sea por lo que sea, no deja de ser una maniobra realizada con desprecio de los que deben ser su aliados naturales, España entre ellos, y a espaldas de la ONU, con la que ha tenido enfrentamientos continuados porque no le han permitido actuar como cacique de ordeno y mando en muchas de las decisiones que ha intentado imponer durante su mandato.

El siguiente paso, muy interesante, será conocer la reacción de la ONU, especialmente de los países con derecho a veto, que son los que importan y cuál será la actitud al respecto de Joe Biden, el nuevo presidente.

La última del gobierno: ¿Igualar en «su memoria histórica» a Doña Emilia Pardo Bazán con Francisco Franco?

De la cadena SER

El Pazo de Meirás se convertirá en un lugar para la recuperación de la memoria histórica en su reapertura al público ya bajo tutela del Estado. También será un lugar de homenaje a la intelectual y escritora Emilia Pardo Bazán. Así lo ha confirmado la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, tras la reunión convocada por el Gobierno con el resto de administraciones implicadas en la recuperación para el patrimonio público del Pazo. Los usos generan fricciones con la Xunta de Galicia, que prefiere centrar el futuro del inmueble en la figura de Pardo Bazán

No valoro, porque me da casi-igual, que el pazo pase a ser propiedad de Patrimonio Nacional o de la Junta de Galicia, aunque utilizando la lógica de antaño, la anterior a las posverdades y a todos estos usos y costumbres de los nuevos tiempos políticos, parece más  de recibo que se revierta al pueblo gallego, el que lo financió a modo de “regalo”, tanto más cuanto parece que la aportación popular no fue tan espontánea como se hizo ver.

Pero insisto en que este es un tema menor para mí. Lo que me maravilla es que el gobierno, en otro ejemplo de osadía histórica-política,  quiera mezclar churras con merinas haciendo que sirva para recuperar la “memoria histórica” y también para homenajear a Emilia Pardo Bazán.

¿Memoria histórica, Franco y el pazo de Meirás? Seguramente será muy ilustrativa porque se podrá enseñar la butaca donde se sentaba Franco, el baño donde hacía sus necesidades Franco y cosas similares, porque el edificio y sus jardines, en sí, no tienen más valor de recuperación de “su” memoria histórica, la de la izquierda reivindicativa,  que cualquier hotel, parador, o casa particular en la que haya estado en algún momento de su vida lejos de su estancia habitual en el Palacio del Pardo.

Y semejante ocurrencia no haría sino mantener vivo a Franco, que es lo que parece pretender este gobierno a toda costa porque necesita munición con que distraer a la masa.

Sin embargo, el dedicarlo a la memoria de Doña Emilia Pardo Bazán, que fue su propietaria durante muchos años, sí que sería recuperar “nuestra” memoria histórica. La de verdad. La de una escritora que fue y sigue siendo gloria de las letras gallegas en particular y de las españolas en general. Una gallega ya fallecida, como Franco, pero a la        que no se debe olvidar porque al margen de su calidad como escritora, fue una auténtica apisonadora revindicando derechos de la mujer cuando la mujer todavía pintaba poco y levantó ampollas en temas muy vetados incluso para los hombres.

Y si alguien tiene dudas, puede acceder a su biografía en la Real Academia de la Historia:

http://dbe.rah.es/biografias/7979/emilia-pardo-bazan-de-la-rua-figueroa

Yo no me metería en estos laberintos, señora Calvo, porque conociendo el carácter de esta mujer genial, como intenten marearla o mezclar lo que hizo con las cosas de Franco, puede sentarle muy mal. Y si ya en vida era de armas tomar, ni me imagino como sería si sale de su tumba cabreada por la absurda idea del gobierno.

No jueguen con fuego porque “haberlas hailas” y me temo que ni Usted, ni Pedro Sánchez, ni todo el consejo de ministros podrían aguantar sus arrebatos. Incluso puede que ni su mirada.

Y es que no hay manera de convencer a estos re-escribidores de la historia de que Franco ha muerto.

Y no será porque no se lo digamos casi cada día o porque falten pruebas documentales. Ya nos lo anunció un lloroso Carlos Arias Navarro y lo destacaron todas las publicaciones españolas de ese mismo día.

Y, por mucho que insistan en lo contrario, muerto Franco murió el franquismo. Entre otras cosas porque nunca tuvo ideología propia por lo que tuvo que montar una sobre la marcha aunando los fundamentos de la Falange Española, de la Comunión Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista. La famosa Falange Española Tradicionalista y de las JONS

Podrán haber personas con ideologías de ultra derecha, muy pocas a juzgar por su casi nula presencia en los medios sociales o en las calles, pero franquistas, lo que se dice franquistas, casi podrían comer juntos el día de Navidad sin romper las normas sanitarias contra el coronavirus a juzgar por la muy escasa presencia de visitantes a su tumba en el cementerio de Mingorrubio.

Fachas sí. Fachas los hay a montones si atendemos, como siempre hago, a la definición de la RAE:

[facha]

NOMBRE FEMENINO

coloquial

Aspecto o apariencia exterior de una persona, animal o cosa, en especial cuando son ridículos o desagradables.

coloquial

Persona o cosa muy fea, ridícula o extravagante.

Que, curiosamente, cuadra mucho más con el aspecto de Pablo Iglesias que con el de Casado o el de Abascal, pongo por caso.

Y volviendo al tema que me ocupa, propiedad del Patrimonio sí que serán la mayoría de los objetos allí trasladados desde otros lugares  durante la época en la que lo ocupó Franco y su familia. Objetos que deben ser restituidos a donde corresponda para dejar las estancias como estaban antes de la ocupación. Las estancias y su extraordinaria biblioteca. Como las dejó Doña Emilia.

Pero ¿el edificio y sus jardines? Si nunca pertenecieron a Patrimonio, ¿qué razón hay para que se incaute de ellos?

Estos son propiedad, o de la familia Franco, que parece que no, o del pueblo gallego que, en mi opinión, parece lo más procedente.

Y si me apuran, para redondear la jugada se deberían trasladar los restos de Doña Emilia a este lugar que siempre fue donde quería que la enterraran.

Leído en la prensa el “03/05/2018 21:50 “

La escritora Emilia Pardo Bazán está enterrada en Madrid, algo muy sorprendente y que no todo el mundo sabe, ya que ella siempre se pronunció sobre su deseo de ser enterrada en el Pazo de Meirás. Pero, ¿por qué está enterrada en la Basílica de la Concepción de Madrid y no en su Galicia natal? El motivo tiene que ver con un dramático episodio familiar.”

Episodio que ni conozco ni me importa. Como tampoco me importa la ideología política de Doña Emilia, ni su aspecto físico. Era una gloria de las letras que no puede ni debe compartir honores con Franco.

10/12/20

La televenta y una Ley de Protección de Datos que no nos protege en absoluto.

La causa-raíz de que estemos sufriendo esta lamentable invasión de llamadas telefónicas con ofertas de todo tipo que no podemos evitar, es la muy deficiente Ley de protección de Datos, confusa en sus planteamientos e imposible de aplicar. Y me explico.

En España tenemos la obligación de contratar servicios con empresas suministradoras que en el texto de los contratos, donde figuran nuestros datos personales, incluye la posibilidad de ceder estos datos a terceros, según una serie de supuestos casi imposibles de descifrar.

Y como no es posible contratar sin dar nuestros datos de localización y aceptar las condiciones de los suministradores, la realidad es que tu entregas tu intimidad a empresas que no sabes que harán con ella. Y desde este momento la empresa madre, con la que has contratado, puede ceder la información a otras de su mismo grupo o encontrar por el camino a algún indeseable que vende bases de datos a quién quiera comprarlas.

Por lo que entre el marketing telefónico asumible, el de tu contratante, y el de las televendedoras de todo tipo y condición hay una diferencia fundamental. En el primer caso lo has aceptado, en el segundo es fruto de algún tipo de traición en la cadena de “autorizados”.

Y para esta pandemia evitable que nos martiriza continuamente y nos sobresalta por lo inoportuno de los horarios, solo hay una solución y no está en nuestras manos:

El gobierno debe mejorar la Ley de Protección de Datos de forma que el primer contratante tenga prohibido ceder tus datos a ninguna otra empresa, aunque sean de su mismo grupo.

Solo así se evitará este bombardeo casi inhumano de los muchos ofertantes de telefonía, televisión y otros productos similares, además de los muchos timadores profesionales que circulan por las redes.

Cosa muy diferente son las ofertas por internet porque en este caso somos nosotros mismos los que descubrimos nuestra dirección IP cuando “aceptamos” las condiciones para consultar ciertas páginas. También se utiliza el truco de “espiar” que estás consultando para mandarte ofertas, pero en este caso sí que puedes controlar si las abres o no y cuando las abres.

Se trata del precio que tienes que pagar por disponer de una herramienta tan potente como son los buscadores de internet.

Por lo que, insisto, hay una gran diferencia. Las llamadas por teléfono son consecuencia de un abuso de tus contratantes, mientras que el marketing por internet es un tributo exigido a cambio de un servicio.

En resumen. ¡Modificación de la Ley de Protección de Datos para evitar abusos, ya!

Las verdaderas razones del bloqueo en la elección de vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ):

Continua existiendo un estancamiento total en la elección de los vocales del CGPJ y sufrimos un continuo bombardeo de noticias falsas y de titulares engañosos, apoyados fervorosamente por medios de comunicación y tertulianos afines al gobierno actual, buscando una desinformación de libro que haga aparecer como los malos de la película a los partidos “de la derecha cerril e inconstitucional”

Pero la verdad de lo que está ocurriendo es la siguiente:

PSOE y Podemos proponen la fórmula en vigor: un reparto proporcional a los escaños actuales del congreso, con un último añadido de Podemos en el que aseguran que Bildu está legitimado para elegir vocales, pero no el PP por ser un partido anticonstitucional.

Y lo hacen amparados en la Ley Orgánica 6/1985 que se aprobó siendo presidente Felipe González, consensuada con la oposición, en la que se desarrollaba el texto constitucional con el artículo 567, que decía:  

 “Los veinte Vocales del Consejo General del Poder Judicial serán designados por las Cortes Generales del modo establecido en la Constitución y en la presente Ley Orgánica, atendiendo al principio de presencia paritaria entre hombres y mujeres.

Repartiendo esta facultad de la siguiente forma (artículo 567):

Cada una de las Cámaras elegirá, por mayoría de tres quintos de sus miembros “Cada una de las Cámaras elegirá, por mayoría de tres quintos de sus miembros, a diez Vocales, cuatro entre juristas de reconocida competencia con más de quince años de ejercicio en su profesión y seis correspondientes al turno judicial, conforme a lo previsto en el Capítulo II del presente Título”.

Y ¿en que se amparaban? En que la Constitución no indica  explícitamente quién debía elegir a los doce vocales “entre jueces y magistrados”, pero se entendía que eran ellos quienes debían hacerlo, como así se hizo los diez primeros años desde que se aprobó la Constitución.

Pero claro, en 1985 los políticos ya “se habían espabilado” y pensaron que lo mejor era hacer alguna trampa para que “ganara la casa”.

Majaderías al margen y en resumen, lo que el gobierno y sus partidos afines pretenden es una mayoría que favorezca al gobierno y a los partidos que le apoyan en este momento, mientras que el PP, VOX y Ciudadanos proponen recuperar la fórmula inicial por la que los doce integrantes de la carrera judicial sean elegidos por jueces y magistrados, dejando sin efecto la Ley Orgánica 6/1985, alegando como ejemplo de disparate político que partidos manifiestamente anti españoles, como Bildu o ERC puedan tener voz y voto en la judicatura.

Dos posturas totalmente contradictorias.

Y como al gobierno se le pasa el arroz y ve que el tema se le puede ir de las manos, amenaza con cambiar la ley para que a estos vocales se les pueda elegir por mayoría simple y no por los tres quintos establecidos en la actualidad. Amenaza que no podrán cumplir por las reiteradas advertencias de la Unión Europea sobre el compromiso comunitario de no tocar las reglas de juego con los poderes judiciales de cada nación si no es para mejorar su independencia. Y para ello han creado órganos de control que pueden incluso dificultar las ayudas económicas a los países que incumplan esta norma.

Afortunadamente, porque no se si los españoles se dan cuenta de que si se eligieran a los vocales por mayoría simple todos los vocales podían ser del PSOE, del PNV de ERC, de IU y de Bildu. Absolutamente todos, sin ningún sillón para el PP, VOX o Ciudadanos, a los que ofrecerían alguna vocalía por razones de imagen, pero es de suponer que estos partidos no aceptarían porque no tendrían ninguna posibilidad de intervenir en las decisiones y solo servirían como coartada al gobierno.

Y aunque el CGPJ no juzga, sí que asigna plazas de jueces y tiene competencias sobre la organización, lo que supone una influencia indirecta que podría beneficiar a sus propias causas pendientes o perjudicar a las de la oposición. Que es de lo que se trata.

¿Alguien cree que de ahí podría salir una justicia independiente o algo que se le pareciera remotamente? Pues eso es lo que están buscando los chavistas españoles. Sumisión total de la justicia que empieza por el nombramiento del Fiscal General, que ya lo tienen, y por los vocales del CGPJ.

Y luego las florituras: Pedro Sánchez propuso en algún momento que a los vocales se les eligiera por “concurso público” y Pablo Iglesias que los “eligieran los ciudadanos”. Términos ambos que no se sabe muy bien lo que quieren decir pero que, si se tienen en cuenta el nombre de los proponentes, seguro que se prestan mucho a la manipulación por el bombardeo de la información.

De la misma forma que Pedro Sánchez consiguió en su día el invento de las primarias y que fueran los afiliados y no los compromisarios los que eligieran a los candidatos a la secretaría del PSOE, fórmula que ha permitido el actual secuestro del PSOE por el propio Pedro Sánchez y su corte de honor. Es decir, por Pedro Sánchez.

Pues bien. A poco que me conozcan sabrán que mi postura es totalmente favorable a devolver a Dios lo que es de Dios y apoyo sin ninguna reserva que se vuelva a los orígenes y se libere de influencias políticas la elección de los vocales por jueces y magistrados, dejando que sean ellos mismos quienes los elijan.

Por mucho que algunos políticos digan que los jueces “no son de fiar”, lo que no deja de ser una afirmación digna de un monologuista al uso.

En un comentario anterior en mi blog decía

Cosa (la posibilidad de que los jueces elijan a los vocales)  que ha levantado ampollas en el ejecutivo con reacciones y declaraciones absurdas de derecho y fuera de toda razón. La última, la que he escuchado hoy al ministro Ábalos, de aurora boreal, afirmando que no se podía dejar en manos del “corporativismo” de los jueces esa responsabilidad.

¿Corporativismo de los jueces? No se si lo habrá, pero seguro que es mucho mayor, rozando en lo anticonstitucional, el intento del Ejecutivo de controlar al Judicial. Como en algunos países falsamente democráticos de América del Sur, que parecen tomarse como ejemplo y los intentos de los ultraderechistas de dos naciones de nuestra querida Europa

La suerte no está echada, se está echando, pero espero que en este asunto florezca la razón y  ganen los buenos que, en este caso y siempre según mi opinión personal, son los malvados de la “ultra derecha de la Plaza de América”. Y me alegro de que hayan coincidido los tres en este asunto porque, como he dicho otras veces, hasta un reloj parado da la hora exacta dos veces al día.

Aunque, dicho lo dicho, tampoco soy tan ingenuo que crea firmemente lo que están diciendo los “constitucionalistas”. Porque me temo que si les pusieran en la mesa una lista de nombres que gustaran a cada partido, es muy probable que se taparan la nariz y aplazaran “sus principios” para mejor ocasión. Es lo que hay

¿Para cuando un cambio de Ley Electoral?

(7/12/2020)