Pedro Sánchez, entre el caudillismo y el “gambito de dama”

El presidente montó su numerito y yo estaba esperando el comentario de Patxi López, siempre clarificador de la mentalidad colectiva del núcleo duro porque, a diferencia de sus colegas de la cúpula del partido o del gobierno, es más primitivo, menos capacitado para “actuar” cuando expone algo.

Ya he comentado en otra ocasión que, en mi hábito de comparar a los personajes reales con otros de ficción, Patxi López es como Manolito, el amigo de Mafalda, cuadriculado y de pensamiento único. O como la matriuska más pequeña, la que aparece después de ir abriendo todas las falsas.

Y su conclusión, que seguramente resume lo que piensan todos los demás, fue decir “¡No pasarán!”

No quiero especular sobre las razones que tiene para decirlo, pero no puedo por menos de hacerme alguna pregunta sobre quienes “no pasarán”:

¿Retirarán las papeletas de los partidos “fascistas”, VOX, PP, UPN, etc. de las mesas electorales cuando haya elecciones?

¿Impedirán por Decreto Ley que los medios de comunicación críticos con la actuación de los políticos del bloque en general y del gobierno en particular publiquen sus errores o sus trapos sucios como lo han hecho y lo siguen haciendo cuando se trata de la “derechona”?

¿Impedirán, también por Decreto Ley, que los jueces admitan denuncias por delitos cometidos por la “izquierda” española y que potencien y sancionen severamente los actos indebidos de “los otros”, hablar mal del gobierno en sede parlamentaria incluido?

¿Ordenarán a la “delegada del gobierno en las Cortes”, Francina Armengol, que retire la palabra a cuantos osen criticar al gobierno en sede parlamentaria?

Porque este neo Frente Popular, cada vez más peligroso y absolutamente atípico en el que se mezclan churras con merinas, está dispuesto a romper cualquier atisbo de orden constitucional para conseguir sus propósitos, todos diferentes, todos egoístas políticamente, todos fraccionadores de la convivencia de los españoles.

Anteayer el presidente del gobierno sorprendió a propios y extraños con su original y desafortunado “gambito de dama”, anunciando que se retiraba del mundanal ruido, y de sus obligaciones como presidente de la nación, dicho sea de paso, para meditar si valía la pena seguir en el puesto después de que su esposa, Begoña Gómez, fuera denunciada como posible responsable de tráfico de influencias, cosa que no llegará a buen puerto en mi profana opinión, y “auto concluir” que este hecho ha sido el fruto de una concatenación de fascistas no adeptos a sus decisiones, entre los que me incluyo, una judicatura enemiga de la “justicia popular” y unos medios de comunicación corruptos y enemigos de la democracia.

Por cierto, he dicho porque lo creo que Begoña Gómez no acabará imputada, pero debería de haber sido mucho más prudente y no meterse a dónde nadie la llamaba, porque ser la mujer del presidente requiere obligaciones y renuncias, como siempre ha sido.

Espero que, a la luz de lo sucedido, se defina el papel oficial de la segunda dama.

Y, como era de esperar, el núcleo duro se ha apresurado a decir que “hasta aquí hemos llegado” y que no cederán ni un palmo más de terreno a las fuerzas antidemocráticas de la nación que nos quieren hacer retroceder a las catacumbas. Y lo han hecho con armas y bagajes, empleando a todos su tronadores de consignas, que no son pocos, y los muy enfervorizados medios audiovisuales, como la mismísima RTVE, la pública, en la que una presentadora se atrevió a señalar con nombres y apellidos a periodistas merecedores del fuego purificador.

Pero mi duda es, ¿a quién están defendiendo realmente? Al PSOE evidentemente no, porque hace dos años que está diluido en la sopa de siglas del bloque “progresista”.

¿Al bloque? Pero ¿Qué tiene que ver Bolaños con Bildu o con Junts, pongo por caso?

¿A una forma determinada de hacer política de Estado? Imposible, porque las políticas de Estado, las buenas, las que duran, son las que nacen del consenso entre partidos de gobierno. Y ninguno de los apoyadores del gobierno actual lo es.

Y, si no están defendiendo nada de lo anterior, me temo que lo que hacen es defender a un ciudadano llamado Pedro Sánchez, presidente de gobierno legal, pero incapaz de entenderse con nadie, incluidos los que le han apoyado, porque nunca ha sido por amor, ese amor que declara a su esposa y por el que le felicito sinceramente, sino por pura conveniencia, casi siempre bastarda y siempre contraria a los intereses de la mayoría de los ciudadanos, entre los que me incluyo de nuevo, que no entendemos lo que hace aunque, lamentablemente si porque lo hace.

Luego, por una regla de tres de democracia elemental, si no defienden a un partido, sino a una persona, estamos dejando atrás la democracia de partidos en busca de un caudillo salvador que nos conduzca hacia la vitoria final.

Y eso, lamentablemente, ya lo he conocido y no creo que sea lo más recomendable porque no es, de ninguna manera, lo más conveniente.

Alguien ha dicho que Sánchez, de la mano de Zapatero, está actuando como un Maduro de manual, pero ni es así ni nunca lo será porque estamos en una nación democrática y pertenecemos a la Comunidad Europea.

Y, porque a diferencia de Maduro, en esta España nuestra, ni el Poder Judicial ni las Fuerzas Armadas están sujetas al capricho del gobernante. En el caso de la judicatura, un bastión esencial de la democracia, lo intenta desesperadamente, pero resisten como leones.

En cuanto a las Fuerzas Armadas, ni lo intenta.

Franco se titulaba “caudillo por la gracia de Dios”. Desconozco cual sería el lema de Pedro Sánchez si consigue lo que pretende, pero solo faltaría el añadido de quien sería el gracioso, o los graciosos, que le encumbran al caudillismo soñado.

Y mientras, esperando al lunes para ver como continúa el juego después de su “gambito de dama”

Valencia, 26 de abril de 2024

José Luis Martínez Ángel

Xavi Hernández, el entrenador “más perjudicado” de la liga española.

En mi larga experiencia como aficionado al futbol, una parte practicándolo, he conocido entrenadores de toda clase y condición en relación con su carácter, sus resultados, con el trato con sus jugadores, o con la prensa: afables, intratables, severos, con suerte, con “flor” (nivel superior de “los con suerte”), gafados, etc.

Y muchos de ellos se han quejado de las circunstancias que afectaron a sus derrotas: el césped, el tiempo, las bajas, etc. Siendo la más recurrente el tema de los malos arbitrajes.

Pero ninguno como Xavi Hernández, un llorón patológico que une las quejas habituales del gremio, que en la mayoría de los casos solo son excusas de mal pagador, con el victimismo característico de los que “son algo” en Cataluña cuando las cosas no les salen como esperaban.

Es cierto que, como a todos los demás, en algunos casos les ha perjudicado el arbitraje, pero en el futbol unas veces te dan y otras te quitan, por lo que nunca ha sido real ni ético achacar a los árbitros una mala clasificación. Nunca.

Pero, es que, además y refiriéndome únicamente a la parte de director de personal que tiene un entrenador con sus jugadores, justificar derrotas alegando causas ajenas a sus propias decisiones o al mal juego de su equipo, es una práctica muy desafortunada.

Porque rebaja de hecho la exigencia debida de que sus hombres den de si todo lo que pueden, a que trabajen como equipo, etc.

En todas las tareas de la vida debemos intentar salir adelante sabiendo que siempre habrá factores negativos que nos lo dificulte. Pero justificar la inutilidad echando la culpa a factores externos, nunca.

Yo siempre digo que el fracaso no existe porque todo lo que sale mal es una oportunidad más de aprender, de adquirir experiencia, pero si dices en público que la culpa de perder un partido la tiene el árbitro ¿Qué les vas a decir a tus jugadores en el vestuario si ellos “no son los culpables”?

Todo esto viene a cuento de que ayer, después del partido que perdió contra el Madrid, salió diciendo que ellos habían jugado mucho mejor y que habían perdido por malas decisiones arbitrales, haciéndolas extensivas a lo que les sucede habitualmente. De “suprema injusticia” definió lo ocurrido.

Yo vi el partido y opino que el arbitraje fue correcto, como fue correcta la expulsión de su jugador en el partido contra el PSG, también super cuestionada, excepto la duda del famoso balón que no se sabe seguro si entró o no. Pero el árbitro, por pura lógica, no puede dar por bueno un gol si no está seguro de que el balón ha pasado por completo la línea de la portería.

También acusó a la liga profesional de tener una tecnología inadecuada, pero eso, lo del famoso balón, fue un hecho puntual, nada comparable a la gran fragilidad de la defensa de su equipo, a la que desbordó en demasiadas ocasiones los delanteros del Madrid.

Y de eso, como de los tiros a puerta fallados por sus delanteros, no dijo nada.

Los árbitros son humanos y se equivocan, claro que sí, y la tecnología puede fallar, también, pero supongo que eso ya se lo diría a los dirigentes de su club el tal Negreira durante los diecisiete años que le tuvieron como asesor.

Lo cierto es que, con esta actitud, o sigue en el Barça, o va a tener muy difícil que le contrate un equipo puntero de la liga europea. Claro que siempre le quedará el recurso de volver a las ligas de los países árabes.

O de aprender de sus propios errores, que sería lo apropiado, como aprendía en sus años de gran jugador, cuando nos admiraba cada semana

Por cierto, hoy he visto en la tele al muy indignado Laporta, su presidente, exigiendo que se investigue hasta confirmar que el balón sí que entró y de ser así, él lo da por sentado, que se repita el partido.

Sería mejor que lo trate con Puigdemont para que incluyan en la Ley de Amnistía la anulación de todos los partidos que ha perdido el Barça o, mejor aún, que les den por ganadores de la liga 2024. ¡Ver para creer!

Valencia, 22 de abril de 2024

José Luis Martínez Ángel

Lo de hoy, “continuose” de lo de ayer y de lo de cada día

Harto de escuchar “peros” y “cosechar éxitos negativos” como paladín de la causa, Pedro Sánchez ha decidido que el reconocimiento del estado palestino, que era para “ya”, conviene aplazarlo hasta mejor ocasión.

El gobierno blanqueador de Bildu, “el partido que ha hecho más por la democracia que los nacionalistas de pulserita”, según responsables del PSOE, o de lo que sea, repartió entre todos sus voceros la consigna de repetir que este partido, ¡válgame, Dios!, es un partido cobarde por no reconocer que ETA era una banda terrorista.

Continúa la campaña institucional del gobierno de llenar las calles de basura para defender el “si yo he hecho esto, todos lo han hecho. Si yo tengo un exministro corrupto, todos lo han tenido, si yo tengo un familiar sospechoso de algo, todos lo tienen”

Y, para conseguirlo, convocan comisiones de investigación con cincuenta mil investigados, quizás unos pocos menos, entre ellos y muy a regañadientes y a última hora, al ex ministro de marras.

Es verdad que el PP también ha convocado treinta mil comisiones en el Senado, pero al menos y en su descargo, hay que decir que fueron los primeros y que empezaron por convocar a los de “la trama Koldo”

Así, queridos amigos, tendremos a un montón de congresistas y senadores de todo tipo y condición dedicando horas, días y meses de su tiempo, el que debería emplear en cosas mejores, a buscar titulares para los periódicos de cada día siguiente.

Que para eso los hemos elegido. O, al menos, eso dicen ellos. Para “buscar la verdad”

Mientras, los españoles, a lo suyo: Llegar a fin de mes, encontrar trabajo, buscar inútilmente un piso que alquilar, entrar en listas de espera para la atención sanitaria, reclamando ayudas para la investigación de enfermedades raras y tantas otras cosas propias de los mortales que les hemos votado. Y que merecemos lo que nos pasa y mucho más.

Porque lo de la “casta” ya no tiene nombre. De otro planeta no son porque bien que les gustan las canonjías y los privilegios, pero levitar, levitan. Sin ninguna duda.

Porque es evidente, muy evidente, que no tienen los pies en el suelo.

Valencia, 17 de abril de 2024

José Luis Martínez Ángel

El deseado, pero casi imposible reconocimiento de Palestina

La “guerra” de Israel contra Hamas que tantos sufrimientos está provocando en la Franja de Gaza y otros lugares de Palestina focaliza la atención mundial y cada cual propone su solución, la del reconocimiento del estado de Palestina es la más generalizada, pero casi nadie es consciente de que, en este momento, es muy difícil, casi imposible, abordar esa solución sin provocar los mismos enfrentamientos, sino unos mayores, que los actuales.

Por lo que yo, que estoy de acuerdo en que la declaración oficial del Estado de Palestina sería muy de justicia, creo que abordar formalmente el tema en la sede de las Naciones Unidas daría pie a un conflicto político social que se enquistaría durante muchos años, como tantos otros, entre los que está y como ejemplo, aunque no tenga la misma repercusión internacional, el conflicto del Sahara.

Por lo que, otra vez, los políticos de todo género, incluido el actual secretario general de Naciones Unidas y nuestro propio presidente del gobierno, en su nuevo papel de paladín mundial de la causa, intentan convencernos de que un tema tan complejo como este tiene una solución muy sencilla. Y a eso se le llama populismo.

O, siendo indulgente con algunos, el maravilloso mundo de las utopías

Antecedentes:

El 14 de mayo de 1948, David Ben-Gurión declara la independencia del nuevo estado de Israel frente a la oposición de muchos países, los árabes principalmente, y el beneplácito de Naciones Unidas.

Hasta ese momento ya se habían desplazado a ese territorio judíos de todas partes del mundo, cuando Palestina no era una nación, sino una zona geográfica que en tiempos pertenecía al imperio Otomano. Migración consentida y justificada por muchos, porque se trataba de judíos que huían de la persecución generalizada desde siglos, recordemos que los expulsamos de España, y muy especialmente por el nacismo de aquellos tiempos.

Y lo hicieron en esa localización porque, según sus tradiciones, era “la tierra prometida”, generando un conflicto con parte de la población palestina de la zona.

Este país se considera la tierra prometida y sagrada de los judíos creyentes. Su conexión con estas tierras está descrita en la Torá, el libro sagrado de la religión judía. Además, numerosos judíos consideran al país como un lugar seguro. Desean alejarse del antisemitismo que han padecido durante siglos en Europa. A lo largo de muchos años, los judíos europeos han emigrado a Palestina. Aunque no lo hicieron en forma pacífica, pues hubo enfrentamientos entre los judíos y los árabes que habitan en esas tierras y las tropas de Gran Bretaña, que gobernaron el país desde 1917.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el anhelo de muchos judíos es abandonar Europa y emigran a Palestina. Gran Bretaña no lo permite y envía a los inmigrantes judíos de regreso o los encierra en campos.

En 1947, las Naciones Unidas acuerdan dividir el territorio Palestino entre los judíos y los árabes. Muchísimos árabes, así como organizaciones judías no están de acuerdo con esto y la lucha que se desata a continuación es ganada por los judíos

Este es el reparto inicial de los territorios:

Lo que no dejaba de ser una insensatez de origen porque, como se puede comprobar, el estado de Israel, en azul, tenía una conexión directa en todo su territorio, aunque fuera realmente atípica, mientras que la supuesta Palestina se componía de tres territorios totalmente separados entre sí: La zona norte, la de Gaza al sudeste y la Cisjordania, al este, fronteriza con Jordania.

Pero Israel expandió su territorio desde el primer momento aprovechando la poca consistencia territorial de la Palestina de entonces hasta configurar estos territorios

Por lo que, si ahora se decide aprobar el estado Palestino, ¿Cuáles serían sus fronteras territoriales?

¿Qué ocurriría con los judíos que, con razón o sin ella han ocupado territorios que no eran suyos?

En cualquier caso ¿es viable establecer como estado único a territorios separados entre sí geográficamente?

¿Hay alguna posibilidad de acuerdo entre las partes teniendo como uno de los interlocutores a Hamas y sabiendo que Irán tiene como objetivo que Israel desaparezca como nación de la faz de la tierra?

Estas y otras muchas son las cuestiones que hay que resolver antes de decidir alegremente el reconocimiento de Palestina como nación. Porque tratar de marcar fronteras desde la ONU sin el consenso previo de los interesados, como ocurría en África hace más de dos siglos, sería dejar a las partes interesadas en una guerra sin fin hasta la exterminación de una de las dos naciones.

Y todos los que, “sabiendo más que nadie” de la prensa, las tertulias o las plataformas públicas, aportan soluciones sencillas a un problema tan complejo, como ocurre con nuestro presidente, solo están ayudando a que se eternicen aún más las posiciones de los realmente interesados en la solución

Los mayores recordamos la esperanza que supuso la concesión del Nobel de la Paz, también el Príncipe de Asturias, a Yasser Arafat, líder de la Organización de la Liberación de Palestina (OLP) y a Isaac Rabin, primer ministro israelí, por los “acuerdos de Oslo”, en los que se comprometían a poner fin a las hostilidades y a aprobar concesiones importantes por ambas partes.

Esperanza que se truncó por el asesinato de Isaac Rabin a manos de un ultranacionalista judío. Y es que la historia golpea con la fuerza de los hechos los castillos de naipes de los “solucionadores” mediáticos a un problema tan complejo como difícil de solucionar.

Algunos enlaces:

David Ben-Gurion lee la Declaración de Independencia de Israel en el Museo de Tel Aviv el 14 de mayo de 1948.

https://www.annefrank.org/es/timeline/183/la-fundacion-del-estado-de-israel/#:~:text=El%2014%20de%20mayo%20de,gran%20apoyo%20de%20otros%20pa%C3%ADses.

Concesión del Príncipe de Asturias a Isaac Rabin y Yasser Arafat en 1994:

Valencia, 13 de abril de 2024

José Luis Martínez Ángel

Una de pedagogía política elemental: La soberanía no está en el Congreso, señor Bolaños. Reside en el pueblo español,

Sabiendo como están las cosas, el bloque del gobierno tiene mayoría en el Congreso y el PP en el Senado, el superministro Bolaños ha dicho varias veces que la soberanía reside en el Congreso y no en el Senado, aduciendo extrañísimas razones, tratando de desautorizar al Senado como si fuera una especie de telonero en las decisiones de las Cortes Generales.

Un nuevo relato para hacer creer, como en tantas veces, lo que ni es, ni es creíble a poco que se sepa en donde vivimos y cual es nuestro modelo de Estado. Porque no, señor ministro, en esta España mía, esta España nuestra, la soberanía reside en “el pueblo español” y solo en él.

Título Preliminar, Artículo 1, punto 2: La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado

Es cierto que esta soberanía está representada en el Congreso, o al menos debería estarlo, pero también lo está en el Senado y, para entenderlo, es fundamental saber que la Constitución se refiere por separado a las dos Cámaras, pero cuando se utiliza el término Cortes Generales, se refiere a las dos a la vez, sin distinciones:

De las Cámaras: Artículo 66:

1. Las Cortes Generales representan al pueblo español y están formadas por el Congreso de los Diputados y el Senado.

2. Las Cortes Generales ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus Presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuya la Constitución.

3. Las Cortes Generales son inviolables.

Precisamente y visto de manera objetiva parece que la voluntad popular está más representada en el Senado que en el Congreso, porque en el primer caso se votan nombres y en el segundo listas cerradas, pero como los nombres los ponen los partidos políticos, digamos que es un poco menos anormal, pero nada más.

Todo legal sí, porque es lo que establece la Ley Electoral aprobada en su día, pero estamos en el Siglo XXI, la sociedad ha evolucionado y los partidos políticos españoles han aprovechado las debilidades dela Constitución para avanzar en una forma de absolutismo por el que los gobiernos, especialmente el actual, se consideran poder absoluto “por haber sido elegidos” y tratan de invadir, casi fagocitar, al resto de poderes del Estado y a todos los estamentos posibles, para que nadie ponga pegas ni cortapisas a su voluntad.

Y así, hoy tenemos a una presidenta del Congreso, tercera autoridad del Estado, que actúa como una auténtica “delegada del gobierno en el Congreso”, un Fiscal General que se manifiesta claramente a favor del gobierno en todas las ocasiones y sin ninguna reserva, un Constitucional trufado de afines y unos socios de gobierno con intereses comunes, aunque otros sean absolutamente divergentes.

Gobierno que empezó como del Partido Socialista y que ha acabado siendo el de un bloque, el del PSOE, los socios del gobierno y sus aliados habituales.

Y que ejerce su mandato utilizando el subterfugio de los Decretos Ley, reservados para temas de urgencia, para evitar cualquier tipo de informe de los organismos competentes o del control de las Cámaras previo a publicarlos en el BOE.

No sé lo que pensará de sí mismo el ministro Bolaños cuando cese en el gobierno, vuelva a su puesto de abogado del Banco de España y se le pase la resaca de lo vivido con Pedro Sánchez, porque él, como algún otro u otra, no tiene un interés personal conocido en toda esta movida.

Y, por su formación, sí que debe ser consciente de que lo que hace no es normal, mucho menos en los últimos tiempos, cuando apoya la supuesta supremacía del gobierno, obviando cuestiones tan evidentes como que el gobierno no tiene potestad para juzgar a jueces, pero el Supremo sí que la tiene para juzgar al gobierno:

Artículo 102

1. La responsabilidad criminal del Presidente y los demás miembros del Gobierno será exigible, en su caso, ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.

2. Si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso, y con la aprobación de la mayoría absoluta del mismo.

3. La prerrogativa real de gracia no será aplicable a ninguno de los supuestos del presente artículo.

Y es por eso por lo que el gobierno quiere una renovación del Poder Judicial, también a su medida, para evitar cualquier tipo de obstáculo por parte de la judicatura. Y en esto lo va a tener mucho más difícil porque, aunque lo consiguiera, los jueces sí que tienen absoluta libertad de actuación y, por lo que se puede apreciar por los muchos manifiestos en contra de la Ley de Amnistía y otras cuestiones, no estarán por la labor.

Otro asunto que están intentando forzar es que sean los fiscales los que instruyan en lugar de jueces como hasta ahora. Tengo que adelantar que es una medida sensata y que se practica en otras naciones, pero de ninguna manera en este momento y estando como está de jerarquizada la fiscalía española.

Pero eso lo comentaré en otro momento

Valencia, 11 de abril de 2024

José Luis Martínez Ángel

La transparencia inocente de José Luis Martínez-Almeida

No tiene nada que ver que sea del PP, porque ejemplares como el del alcalde de Madrid puede que existan en otros partidos, pero el recién casado es uno de los que siempre ha estado en mi microscopio de observar a los políticos, porque esa imagen de “buen chico”, de empollón que difícilmente pierde las formas, que no cae mal a casi nadie, aunque su oposición se vea obligada a sacarle los colores de vez en cuando, que ha sabido consensuar temas con Ciudadanos y otras formaciones cuando ha sido menester, se escapa tanto del perfil del político  al uso, que siempre me ha quedado la duda de si es  lo que parece, o tiene el mejor equipo de asesores de la política española.

Pero José Luis se ha casado, y un acto como ese ha despejado todas mis dudas: Es lo que parece ser, sin imposturas.

Porque el buen alcalde ha llorado en su boda como yo lloré en la mía, ha estado nervioso como yo lo estuve y ha demostrado un afecto a su esposa sin reservas ni concesiones a las cámaras como yo demostré en las mismas circunstancias.

Y es lo que parece, un patoso empollón, sentimental y “buena gente”, porque no hay ningún otro político en España que se preste a hacer el ridículo como él lo hizo para manifestar su amor a su pareja, su agradecimiento a los madrileños curiosos que fueron a verlos entrar y salir de la iglesia y al pueblo de Madrid, marcándose ese chotis que pasará a la historia porque contravino todas las normas de lo que es un buen chotis, que todavía hubiera resultado menos costumbrista y disparatado si su pareja no le hubiera echado un capote digno de Curro Romero en una de sus tardes más inspiradas.

Capote que mereció todo mi reconocimiento a la persona que lo ejecutó, a la que no conocía de nada, que me emocionó porque evidenció una acertada mezcla de ternura y de oportunidad, como convenía al momento y a las circunstancias.

Así que, mi hasta ahora desconocida Teresa Urquijo, ha ganado un admirador y tengo la seguridad de que su matrimonio será próspero y feliz porque eso parece asegurar lo que he visto en los telediarios de estos días.

Gracias, entre otros detalles, a ese chotis que los castizos madrileños bailan en un ladrillo y que Pedro Sánchez y casi todos los demás hubieran bailado en medio.

Pero que requirió media calzada en el caso del poco dotado alcalde de la Villa. Alcalde que fue de improvisación en improvisación bajo la tierna mirada y la sonrisa enamorada de una mujer que, a lo que parece, ejercerá a las mil maravillas su papel de compañera, esposa, amante y paño de lágrimas de su marido. Y que, seguro, merecerá y encontrará la justa correspondencia en su bienintencionado José Luis.

Aunque, a lo visto, será poco de fiar a la hora de cambiar pañales cuando lleguen los niños.

Así que, mis felicitaciones más sinceras, mis mejores deseos de que la vida les depare grandes momentos juntos y mi aplauso como ciudadano a un político que ha practicado la transparencia emocional sin afeites ni imposturas y que ha sabido demostrar su mejor perfil humano, incluso a costa de hacer un aparente ridículo personal que, en el fondo, le dignifica y enaltece.

Una pareja que me devuelve parte de las esperanzas perdidas en los políticos en ejercicio.

Valencia, ocho de abril, de 2024

José Luis Martínez Ángel.

Los políticos canallas y la gran ignominia sobre los asesinados en España.

La ignominia es una ofensa pública que sufre el honor o la dignidad de una persona o un grupo social, es decir deshonor, descrédito de quien ha perdido el respeto de los demás a causa de una probable acción indigna o vergonzosa. Es sinónimo de injuria y vergüenza”.

Nunca he hecho comentarios sobre la famosa ley para la memoria democrática ni tampoco voy a hacerlo ahora. Si que he defendido lo que ya se aprobó hace muchos años, concretamente el 26 de septiembre de 2011 y que se ha ido ampliando en partidas presupuestarias y otras ayudas y también degenerando conceptualmente con acotaciones sobre el tipo de víctimas “preferidas”

Lo que no deja de ser una ignominia, como digo en el encabezamiento.

Porque los asesinados, sea cual fuere el color de su camisa, el tipo de hábito, el uniforme o la toga que vistieran, los que no llevaban ninguna, fueran hombres mujeres o niños, todos los que murieron cuando no debieron morir en cualquier etapa histórica, fuera en una cuneta, en la tapia de una cárcel o de un cementerio, son víctimas, sin distinción de quién los mató y las razones que tuvieron para hacerlo.

Porque ¿Qué diferencia hay entre un fusilado en la posguerra, un asesinado por un grupo de anarquistas, por ETA, en una checa, por el Grapo o por cualquiera que empuñaba el arma asesina?

Las razones, las sinrazones mejor, las argüían y siguen haciéndolo los asesinos. Los muertos, solo pudieron vivir la angustia final de ver que otro ser humano iba a asesinarlos sin comprender porqué lo hacía. Acordándose de sus seres queridos, añorándolos y sufriendo por ellos.

Así pues, lo último que faltaba es que los insensibles, insensatos, manipuladores políticos, me digan a que víctima debo honrar y a cuál no, que asesinatos fueron peores, que asesinados son los “buenos” entre todos los asesinados.

Ahí no me encontrarán la más mínima duda, ni permitiré siquiera que nadie intente convencerme de que sí que hay diferencias.

Continúen pues proporcionando ayudas a los familiares de los que necesitan enterrar a sus seres queridos en un lugar digno, donde puedan ser visitados y recordados

Y caiga lo peor sobre el que intente manipular a los muertos. Siendo lo peor, para mí, que caigan en el olvido electoral y los desalojen de sus salas de consejos de ministros o de sus sillones en las Cámaras.

Diferencias entre verdugos sí, entre víctimas nunca.

Valencia, 5 de abril de 2024

José Luis Martínez Ángel

La verdad, los relatos y el “tirón” de Yolanda Díaz

Leo el titular de un periódico que dice:

<<Yolanda Díaz se impone en la asamblea de Sumar: “Quien piense que puede hacerlo solo se equivoca”, en una referencia al PSOE, sus socios de gobierno>>

Y luego, en letra más pequeña añaden:

8.179 inscritos participan en la votación que ha ratificado a la vicepresidenta segunda como coordinadora general de la formación con un 86,56% de los votos

Este párrafo, parte del cuerpo de la noticia, informa de que:

Sumar Avanza, la lista de Díaz ha recibido un 81,56% de los votos y tendrá por lo tanto 76 miembros de la dirección

Lo que no dice este periódico y leo en otro es que:

Yolanda Díaz se impone en la asamblea de Sumar tras una raquítica participación del 11%”

Lo que, en la práctica, quiere decir que Yolanda obtuvo el 81,56 % del 11 % de los que participaron en la votación, lo que supone un apoyo real del 13, 49 % de los “miembros” de esa agrupación de agrupaciones llamada Sumar, resultado que, tratándose de un “partido” que acaba de nacer, más bien parece que esté en clara decadencia.

Y es que, citando al clásico, lo que no puede ser no puede ser y, además es imposible. Hace unos días, buscando analogías entre Yolanda Díaz y algún personaje de la vida real, decía que me recuerda al clásico vendedor de globos de gas, el que los lleva sujetando los cabos para impedir que salgan volando. Pues bien, al margen de la falta de entusiasmo evidenciado en la asamblea, hay algunos globos que ya se le están escapando de la mano y han decidido volar solos o juntarse con los de otro vendedor, como ha ocurrió con “Mes per Mallorca” y parece que va a suceder con algunos otros.

Pero, como sucedió con otros dirigentes que “han sido”, a ella parece no importarle. La vicepresidenta “busca titulares”, sigue a lo suyo y lo suyo son paridas políticas con mucho redoblar de tambores y poco fundamento, como el último para complicar un poco más la contratación de empleados/as de hogar, que ya lo tienen bastante difícil sin su ayuda para que les legalicen, o la gran mentira de decir hace unos días que en España hay 55.300 fijos discontinuos, cuando el propio SEPE, que depende del ministerio de trabajo, es decir, de ella, dice que son 150.000 y los expertos independientes los estiman por encima de los  700.000.

Ministra de trabajo que subió el salario mínimo por Decreto Ley, con la complicidad de los dos figurantes supuestos líderes de un sindicalismo soportado por el gobierno y no por las cuotas de los afiliados y sin el consenso de los empresarios, los “pagadores” de la iniciativa, a los que castigó con una subida superior a la que estaban negociando para que tuvieran muy claro que quien manda en España no es la democracia y la negociación, sino el propietario del BOE.

Pobre y confusa trayectoria de alguien que aseguró que sería la primera mujer presidenta de un gobierno en España.