Han pasado los días y ni se calma la indignación de la mayoría de los vecinos de Valencia por las esculturas del puerto, no doy en nombre del autor porque no quiero contribuir al marketing gratuito que le estamos haciendo, que reflejan algunas formas y posturas de erotismo y sexualidad.
Y escribo este comentario porque he leído en la prensa que la Consellería ha remitido una nota a los colegios públicos que, entre otras cosas, dice “queremos aprovechar la ocasión para invitarte a conocer junto a tu alumnado La Base nou espai cultural, y a disfrutar de la exposición de (XXX) con las visitas educativas”.
Entiendo que la sexualidad es una parte importante de la vida, y que es muy necesario educar a los niños para que no vayan aprendiendo, como hicimos nosotros, a golpe de comentarios de amigos más mayores, y de las imágenes de alguna que otra revista que caía en nuestras manos. Y así nos fue.
Al día de hoy los medios facilitan y fomentan un acceso mucho más directo a lo que se quiera buscar, entre otras cosas una gran oferta de vídeos y fotografías de sexo explícito y de pornografía. Sin más control que los “parentales” que se aplica en contadas familias.
Precisamente por esto, porque las redes impulsan una aceleración en el conocimiento y, quizás, de la práctica del sexo, es por lo que hay que extremar las precauciones para lo que, siendo altamente positivo, no se convierta en arma de destrucción de los valores que causen daños a nuestros niños y, mucho más, a nuestros adolescentes, con más libertad para tratar de practicar lo que ven, o para satisfacer su natural curiosidad por saber lo que se siente.
Porque, como ocurre con la leyenda de los Reyes Magos, es muy conveniente, imprescindible, que se respeten los tiempos y las formas para no crearles traumas, siendo como son tan dados a quemar etapas en su crecimiento. Lo llevan en sus genes y les empujan las hormonas.
Una cosa es el conocimiento de los órganos sexuales, los mecanismos de la sexualidad, y las precauciones elementales a la hora de practicarla, que ya se enseña en las escuelas, y otra muy diferente es ayudarles a reconocer el mundo de los afectos, los sentimientos, y la sensualidad, que debe ser el caminos deseable, aunque no sea el único, para llegar al sexo.
El sexo por el sexo, desprovisto de afectos que lo justifiquen, especialmente cuando se practica con segundos o terceros, puede ser muy peligroso, especialmente para las adolescentes que pueden acabar siendo “una más” en los roles depredadores de los jóvenes desbocados convertidos en machos cazadores. Los chicos sufren menos traumas porque son más primitivos y más tardíos en descubrir ese extraordinario sedante personal que es la sensibilidad, pero las chicas pueden resultar dañadas, incluso muy dañadas, si acaban siendo objetos de “usar y tirar”.
Visitar esta exposición es tan contraproducente para la educación sexual de los pequeños, la verdadera, la deseable, como querer enseñar matemáticas a niños de diez años empezando por los sistemas de ecuaciones diferenciales no lineales.
Esto lo debería de saber cualquier educador, pero mucho más la Consellería de Educació, última responsable de la educación armonizada y global de los niños, abandonando cualquier tentación de dogmatizar, aleccionar, (verbo muy enemigo de educar), o dirigir.
¿Están seguros de que estas imágenes no despertarán instintos indeseables en algunos visitantes que acaben provocando conductas de abuso e incluso de violaciones? Porque mentes desviadas y jóvenes inmaduros hay más de los que parece. ¿Cuál fue el origen mental de una desviación tan importante como la de los componentes de la famosa manada?
Las exhibiciones de calidad artística, que no se la niego, si son de dudosa utilidad pública o tienen algún peligro, en lugares cerrados, por favor. Es lo sensato y no coarta ninguna libertad de expresión artística.
El siguiente escalón en el arte de la sexualidad y el erotismo, ¿puede ser una pareja de mimos desnudos practicando sexo en público? Posiblemente también tendría un componente artístico.
Muy acertado éste artículo.
Lástima que no llegará donde debería, aunque dado el «buen gusto» de quien decide, esta y otras exposiciones, deja muy claro lo que lleva en la cabeza.
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Gracias Estrella. Soy conocedor de mi poca audiencia, pero seguiré denunciando lo que no me parece bien, llegue hasta donde llegue.
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Tienes mucha razón Jose Luis. Te agradezco que me lo hayas mandado.
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Gracias a tí por seguirlo. ¡Si sirviera para algo!
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