ETA es lo que es – Una banda de terroristas asesinos

Desde la última guerra carlista, que terminó en 1876, en el País Vasco no ha habido ningún “conflicto”, ni mucho menos una “lucha armada”. Tampoco existe una responsabilidad compartida que justifican, entre otras cosas, con el bombardeo de Guernica. De aurora boreal.

ETA, fundada por un grupo escindido de las juventudes del PNV, solo fue, es, y así debe pasar a la historia, una agrupación extremista y asesina que mató a 829 personas de todo tipo y condición, más los numerosísimos heridos, para conseguir por el terror lo que nunca pudieron conseguir con los votos: la independencia del País Vasco.

Se basaban, que novedad, en una supuesta ocupación española durante la guerra civil, y, aunque hay algunas dudas, parece ser que su primer asesinado fue Melitón Manzanas, comisario de policía de San Sebastián, en 1968.

Y no hay, como dicen en su comunicado, muertes justificadas y otras accidentales. Mataron a personas en un gran almacén, a padres delante de sus hijos, o a personas que pasaban por ese sitio maldito en el momento en el que un maldito asesino decidió hacer estallar una bomba. Y todos y cada uno de ellos merecía vivir, fueran o no servidores de la ley, jueces, políticos, o simples ciudadanos. Mataron a personas de la ultra derecha, de derechas, de izquierdas, a gente de su entorno, a vascos que no pagaban su impuesto revolucionario, e incluso a disidentes de la misma banda, como fue el caso de la “traidora” Yoyes.

Y asesinaron a niños, como María Begoña Urroz Ibarrola, de año y medio, José María Piris Carballo, de 13 años, Alfredo Aguirre Belascoain, de 13 años, Daniel Garrido Velasco, de 14 años, Sonia Cabrerizo Mármol, de 15 años, Susana Cabrerizo Mármol, de 13 años, Silvia Vicente Manzanares, de 13 años, Jorge Vicente Manzanares, de 9 años, Silvia Pino Fernández, de 7 años, Silvia Ballarín Gay, de 6 años, Rocío Capilla Franco, de 12 años, Pedro Alcaraz Martos, de 16 años, Esther Barrera Alcaraz, de 3 años, Miriam Barrera Alcaraz, de 3 años, Luis Delgado Villalonga, de 3 años, María del Coro Villamudria Sánchez, de 17 años, María Cristina Rosa Muñoz, de 14 años, María Dolores Quesada Araque, de 8 años, Ana Cristina Porras López, de 10 años, Vanesa Ruiz Lara, de 11 años, Francisco Díaz Sánchez, de 17 años, Fabio Moreno Alsa, de 2 años, Juan José Carrasco Herrero, de 13 años, y Silvia Martínez Santiago, de 6 años. Y no se si me dejo a alguno.

Unos murieron solos, otros con sus padres o con personas desconocidas que “pasaban por ahí”.

Todos ellos, los 829 fueron “ejecutados”, mejor asesinados, y muchas veces torturados de forma despiadada por valientes gudaris que no morían en enfrentamientos con las fuerzas del orden porque se rendían de inmediato sin ofrecer resistencia. Y si estaban en Francia o en algún otro país extranjero, llevaban pistolas que no esgrimían, porque portar armas era delito en esos países, y, de esta forma, evitaban que les deportaran directamente a España.

No tengo los datos exactos, pero no pasarían de 40 los etarras muertos en enfrentamientos con las fuerzas de orden público.

Y por esta razón me veo en la obligación, porque fui testigo a distancia de la barbarie, de decir lo que sucedió realmente. Sin eufemismos, sin frases positivistas, y sin palabras como paz, reconciliación, o normalidad. Y recordar que tuvieron complicidades insospechadas de parte de la población, por miedo o por afinidad de ideario, incluso de algunos sectores de la propia iglesia.

Que no confundan. Cuando un asesino deja de matar no llega ninguna paz. Simplemente no mata. Y eso no le exime de sus culpas. Culpas de las que, en el caso de muchos de los etarras en prisión o recientemente liberados, no se han arrepentido.

Yo cuento lo que viví, y pido encarecidamente que hagan lo mismo los que vivimos los años tristes. No podemos dejar que construyan una historia que nunca existió. No podemos permitir que tergiversen la realidad para engañar a las nuevas generaciones, para conseguir alguna ventaja para los presos, o para blanquear la imagen de un Otegui que prepara su campaña para las próximas elecciones autonómicas. Y está en su derecho a hacerlo, pero sin mentir, asumiendo su historia con todas las consecuencias.

Otegui tiene los votos garantizados de los suyos, pero pretende conseguir algunos más, y necesita presentar una imagen de “hombre de paz” con el argumento de que dejó de ser terrorista. O que ha sido uno de los artífices del fin de la violencia.

A ETA la desmantelaron las fuerzas de seguridad del estado y la colaboración ciudadana cuando dejaron de tener miedo. No “sus consejos”, por mucho que nos quiera vender sus bondades y su maravilloso poder de persuasión. En mi opinión no es más que un estratega de salón. O mejor de herriko taberna. Esas a las que puede ir cualquiera sin temor a que le partan la cara.

Todavía falta mucho para alcanzar la paz social en el País Vasco, se adelantó mucho cuando los nietos de los que mataban empezaron a juegar en los parques infantiles con los nietos de los asesinados, pero falta mucho más. Y tratar de convertir en blanco lo que fue negro no ayuda demasiado.

Hay dos temas en los que no quiero entrar: en la comparación con otros países, porque cada uno tenemos nuestros propios condicionantes, y en la situación de los presos, porque están en mano de los jueces y yo confío plenamente en la justicia como último bastión de la democracia. En los gobiernos también, pero menos. Algún disgusto nos darán, pero, al fin y al cabo, están ahí porque los hemos votado.

Y, por si hubiera dudas, recomiendo la novela “Patria”, de Fernando Aramburu. Estereotipa personajes, pero es real como la vida misma. Como la vida misma en aquella Euskal Erria.

Que se dé que va. Que viví la época y tengo familia vasca.

2 comentarios en “ETA es lo que es – Una banda de terroristas asesinos

  1. Begoña Urroz (1958-1960) con un 100% de certeza no es víctima de ETA. Fue un atentado del DRIL, con denuncias antifranquistas de que había sido un atentado franquista de falsa bandera. En contra de lo que afirman los medios de comunicación, el atentado fue reivindicado por el DRIL en 2 ocasiones, y la 2ª reivindicación apareció en la prensa española (el 10-2-1961). Y en contra de lo que dan a entender insistentemente los medios de comunicación, el Ministerio de Interior nunca ha considerado víctima de ETA a esa niña. No está incluida en esa lista de 829 víctimas de la que hablas (aclaración: en esa lista no están incluidas las víctimas de los Comandos Autónomos Anticapitalistas, de finales de los 70 a mediados de los 80). La cosa es tan absurda que en marzo de 2010, cuando el Congreso de Diputados proclamó unánimemente que Begoña Urroz era víctima de ETA, aún vivía la persona que había dirigido las atentados del DRIL (Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación) de finales de junio de 1960.

    La 1ª víctima mortal de ETA fue el guardia civil Pardines el 7-6-1968, no Melitón Manzanas,

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    • Puede que tengas razón en lo que se refiere a Begoña Urroz y no puedo rebatirlo porque yo me limito a recopilar lo que han publicado medios de comunicación solventes. Es un hecho que la niña ha figurado en algunas listas, pero no puedo constatarlo.
      No figuran las víctimas de los Comandos Autónomos Anticapitalistas, ni los del Gal porque no son víctimas de ETA. Considero que el GAL también fue una salvajada, aunque algunos lo hayan justificado como una forma de reaccionar ante la barbarie. No es mi caso porque creo en las leyes. Como tampoco me pareció bien, si fue cierto, que algunos empresarios mandaron a ETA relación de sus familiares cercanos, los de los etarras, con el mensaje de que habían pagado a sicarios para acabar con ellos si le ocurría algo a él o a algunos de sus familiares. Se dieron nombres y, efectivamente, nadie les tocó.
      Todo muy lamentable, aunque en aquel momento se entendieron ciertas reacciones porque la ciudadanía estábamos en una situación de indefensión total y no se veían salidas razonables.
      En cuando a la primera víctima, yo también barajé ese nombre porque lo cierto es que hay muchas dudas sobre quién fue el primer muerto por ETA.
      Verás que he publicado sin ninguna reserva tu comentario porque lo entiendo como una puntualización de mis datos, que agradezco, pero mi objetivo no es comentar la situación global del momento. Solo los crímenes de ETA que no pueden justificarse de ninguna forma.
      Otras personas, o yo mismo en otro momento, pueden comentar la historia de los Comandos Autónomos Anticapitalistas, del GAL, los asesinatos de la calle Atocha, el asesinato del Sr. Bultó por Terra Lliure, el FRAP, lo ocurrido el 23 F y tantas cosas negras de nuestra transición, pero no es el caso.
      Hay capítulos que deben cerrarse, también el de ETA, pero no falseando los hechos. Que etarras acusados de delitos muy graves consiguieron reinsertarse aceptando lo ocurrido.
      Y que, mucho antes, el grupo de los “polimilis” se dio cuenta de que ese no era el camino y decidieron disolverse y reconocer lo hecho.

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