Las negociaciones políticas y la postura, postureo, de algunos partidos políticos.

El Partido Sanchista Obrero Español no solo evita tratar con VOX. También acusaba al PP y a Ciudadanos de estar contaminados por el virus “ultra derecha”, aunque ahora parece que alguien le ha dicho que no, que se puede pedir cosas a estos dos partidos porque la sangre no había llegado al rio. Y es que cuando hay hambre, tampoco hay que fijarse demasiado en la calidad de la comida.

Sin embargo, que curioso, no ha tomado ninguna medida profiláctica antes de hablar con los independentistas, con Podemos, o con el PNV (¡que peligro tiene el PNV!)

El PP dice que puede pactar con Ciudadanos y, según y cómo, con VOX. Incluso no descarta tratar con el PSOE temas de estado, aunque nada de apoyos, ni votos favorables, ni abstenciones.

Lo de Ciudadanos, como siempre, no hay quien lo entienda. Otra vez se han puesto dignos, se han enfundado los uniformes anticontaminación, e insisten en que ellos, los puros, no quieren hablar ni con VOX, ni con Podemos, ni con el PSOE de Sánchez.

Alguna vez, alguien, explicará “de que van”. ¿Saben lo que es política, acuerdos, consensos, negociaciones, buscar soluciones?

Su hombre en la alcaldía de Barcelona, Valls, con experiencia política, acaba de tomar una decisión absolutamente lógica, aunque no guste. Ha catalogado a las fuerzas políticas representadas en el ayuntamiento y las ha dividido en constitucionalistas, populistas e independentistas.

Y ¡claro que le hubiera gustado pactar con los constitucionalistas!, pero no le salen las cuentas. Y entre lo malo, lo menos malo es el populismo, por lo que decide apoyar a Ada Colau.

Y, naturalmente, nuestro señor Rivera dice que ni hablar, que ellos no se juntan con esa señora porque no es trigo limpio.

Al señor Ribera habrá que llevarle a una academia en la que enseñen matemáticas, ética y lógica. Matemáticas para que aprenda a sumar y restar escaños, ética para que aprenda que la dignidad se conserva con independencia de con quien te relaciones, aunque hay que tener claro para que te relacionas. La ética es personal e intransferible y, si es de calidad, de la buena, no necesita signos externos ni se resiente porque trates con personas o entidades poco deseables.

Y lógica, porque aunque Valls apoye el nombramiento de la señora Colau, como no tienen  mayoría puede controlar los acuerdos e influir en las decisiones exactamente igual que con otro alcalde. Muy poco.

Pero la imagen pública de Barcelona no es  la misma con un alcalde populista que con otro Independentista. O eso me parece a mí, aunque no soy tan listo como él, que lidera un partido.

En cuanto a Madrid, señor Rivera, seguramente no se ha enterado de que VOX es una formación legal, con la que hay que mantener precauciones, pero legal. Que defiende la unidad nacional, quizás con exceso, y que tiene posturas radicales en algunos temas, pero legal. Un partido con el que se debe hablar, aunque sea para tratar de que modere algunos de sus planteamientos.

Seguramente el Sr. Rivera, por su edad, no recuerda bien que hace no hace tantos años, líderes de partidos de extrema izquierda, cuando la extrema izquierda era extrema izquierda, izquierda, centro, derecha y extrema derecha, cuando la extrema derecha era extrema derecha, se pusieron de acuerdo para consensuar lo que se ha llamado “la transición”.

Pese a que algunos de ellos o familiares suyos habían sido enemigos en una guerra civil. Y que parte de ellos fueron represaliados por los dos bandos durante la guerra o después de la guerra. Que es el colmo de las diferencias que podrían haber justificado una negativa al diálogo.

Por lo que todo este mirarse el ombligo y tratar de mantener una postura de pureza política tan inoportuna en los tiempos que corren me parece un sin sentido. Porque, Sr. Rivera, no sé Ud., pero muchos de los mortales pensamos que España está en situación de casi emergencia, con riesgo de empeorar conforme avance el juicio “del prosses” y el muy peligroso PNV mantenga su falsa posición de fuerza basada en que tiene los votos del apoyo a la investidura. Fuerza basada en el chantaje político que se esfumaría si Ciudadanos o el PP cedieran los votos necesarios para la investidura.

Si alguna vez quiere alcanzar la madurez política y democrática no se niegue a hablar con representantes de partidos legales. Luego llegarán a acuerdo o no según lo que se negocie, pero esa posición de “no me junto con estos” me parece sencillamente inapropiada e infantil.

Claro que ni esta nota llegará a sus manos ni creo que me hiciera caso si le llegara. Yo, como suelo hacer, intentaré hacérsela llegar.

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