Se precipitan los acontecimientos y ayer fue un día de grandes contrastes:
Gran movilización en Cataluña, prevista en la estrategia rupturista, continuación de los acosos a Policía y Guardia Civil, tan injusta como incomprensible si no fuera porque es el propio Gobern el que la estimula, anuncio del PSOE de que va a promover la recusación de la Vicepresidenta, y el discurso del Rey.
Mis impresiones:
En primer lugar, estoy convencido de que Cataluña ha entrado en un proceso revolucionario totalmente incontrolable por sus dirigentes políticos. Ellos creen que la gente les sigue, pero si intentarán decirles “todos a casa porque hemos llegado a la conclusión de que la desconexión es imposible”, toda esta gente a la que han movilizado durante los últimos años, no les obedecerían. Se sentirían defraudados y engañados. Y volverían sus iras contra el famoso balcón de la Generalitat.
Lamentablemente estoy convencido de que la solución final pasará por la aplicación del 155 y reconducir políticas y acciones sociales en Cataluña para que los propios catalanes se reconozca entre si como hermanos con intereses comunes, y que el conjunto de los catalanes comprueben que lo mejor para todos es fijar un rumbo común hacia el futuro con el resto de comunidades españolas. Como hasta ahora. Costará mucho, pero los años pasan muy rápidamente y tenemos el ejemplo de lo ocurrido en el País Vasco.
En cuanto a la campaña de descrédito montada contra la Policía Nacional y la Guardia Civil, no es de recibo ni sería lógica si no fuera porque, como es evidente, viene impulsada desde la Generalitat. Los agentes se han portado con una paciencia extraordinaria y, salvo algún caso aislado que nunca ha sido especialmente grave, no han hecho más que demostrar su gran profesionalidad. Ellos fueron a Cataluña en apoyo de los Mossos, y obedeciendo órdenes judiciales.
Como he dicho antes, el primer culpable es la propia Generalitat, pero hay una responsabilidad secundaria muy grave, de los propios Mossos. Todo esto no hubiera ocurrido si hubieran colaborado, o si, ocurrido el primer acoso y por muchas órdenes que tuvieran, hubieran salido en defensa de los que, en teoría, son sus compañeros en la defensa del orden público.
Y permitir, e incluso fomentar, que se les tache de criminales y fascistas es una gran villanía. ¿Acaso no nos acordamos de los incidentes grabados en algunas comisarías “d’els mossos” por orden judicial en la se veían imágenes de torturas a detenidos? Sobre la supuesta violencia empleada en reprimir manifestaciones no opino porque, como ocurre en este caso, hay que estar allí para saber lo que realmente ha ocurrió. No sea que les acuse injustamente de romper los dedos de una manifestante, uno a uno, y de tocarle las tetas.
Lo del PSOE es de nota. Que en un momento como este quieran conseguir votos en Cataluña a costa de la imagen de las fuerzas de orden público que, insisto, estaban cumpliendo mandatos judiciales, es algo absolutamente inexplicable. Puede que el PSC gane votos catalanes, pero pueden estar seguros de que el PSOE perderá muchos otros en el resto de España. Y que, otra vez, fragmentarán al partido.
Oyendo a Ábalos estos día pasados era evidente que estaban preparando “algo”. Algo que no comentaron en la ejecutiva de ayer, por cierto. Y cuando vi a la pizpireta una veces, severa otras, Margarita Robles, anunciando la medida frunciendo los labios con aire enfadado, como suele hacer en las grandes ocasiones, recordé que era juez y que en su momento dictaría instrucciones a las policías judiciales. Por cierto. Antes de que me acusen de machista recuerdo que el diccionario reconoce como pizpireta a la mujer “Que es simpática y de carácter vivaz y alegre”. Es un adjetivo calificativo nada ofensivo. Más bien elogioso.
Y, ella, mejor que nadie, debería saber que las órdenes de los jueces y fiscales de Barcelona iban a ser muy difíciles de ejecutar, porque eran cientos de miles contra pocos, con el riesgo añadido de las dudas que generaba la posición de los Mossos d’Escuadra.
Seguramente es porque cuando entran el política les lobotomizan para borrarles los recuerdos de su vida mortal. Aunque, ahora que caigo, ella no está afiliada al Partido Socialista.
Y luego está, como nota positiva, la intervención del Rey, en sus funciones de Jefe del Estado.
Estos días, hablado de las vaguedades y los eufemismos de los políticos reclamaba: “Y no me vengan con la monserga de “dialogar”, “cambiar la Constitución”, y otras generalidades. Puntos concretos, por favor, que nuestro cerebro, el de los votantes, tiene la misma capacidad de asimilar conceptos que el de Uds. los políticos. Aunque no se lo crean.”
Y también decía: “En cuanto a los ciudadanos ¿han comprobado cómo crecen las equidistancias? El “no mojarse” ha comenzado a ser deporte nacional y el “sí pero” actúa como un teórico tapa traseros que, en el fondo, deja en muy mal lugar a los equidistantes. ¿Tan difícil es decir lo que se piensa?»
Resulta que ayer escuché, después de mucho tiempo, un mensaje claro, directo, sin posibilidades de dobles interpretaciones, en el que explicó quienes era “los malos”, y las razones para adjudicarles ese honor.
Muchos estarán en desacuerdo por su propia naturaleza: los separatistas, comunistas, republicanos y/o antisistema, porque el no aceptar ni los “buenos días” del “ciudadano Felipe” va en su ADN. Pero los otros, todos los demás, que somos la gran mayoría de los españoles, le entendimos y se lo agradecimos.
Espero que el gobierno siga la senda trazada por el Rey. Seguro que lo hará porque, por cortesía y por respeto a los papeles constitucionales, el Rey no dice nada que no haya sido conocido previamente por el gobierno. Y, habitualmente, consensuado.
Y luego, como nota al margen, manifiesto mi desconcierto por las posiciones y manifestaciones de algunos catalanes, de los que no desconfío, pero que me han sorprendido negativamente.
Y cito, por ejemplo, el comentario de Ferran Adrià, catalán practicante y hombre muy querido y reconocido en toda España, que se declara europeo y sugiere, como solución al conflicto, una mediación de la Comunidad Europea entre “Cataluña y España”. O eso ha dicho algún medio de comunicación.
Ferrán: afirmas con razón que eres europeo y lo eres, como yo o como uno de Salamanca, porque eres español Y España pertenece a la Comunidad Europea. Y pertenece porque tiene plenamente reconocido que es un estado democrático y porque tiene una constitución que enmarca las leyes y avala la veracidad de su democracia.
Escucharle esta sugerencia es tanto como temerme que no conoce las reglas del juego. Si la Comunidad Europea aceptara una mediación, estaría reconociendo lo imposible de reconocer: que España no es democrática, que la constitución no es nuestro marco legal, y que ir contra la ley y/o tratar de romper la unidad de las naciones, en este caso la española, es un derecho de los ciudadanos de cualquier país europeo. Y le recuerdo que movimiento independentistas los tienen en Francia, Italia, Alemania, Gran Bretaña (Todavía europea), Holanda, etc., etc.
Y escuchar la propuesta de Ferran Adría, persona a la que no conozco personalmente pero que, insisto, admiro, respeto y me parece serio y honrado, me produce una gran tristeza porque demuestra, sin lugar a dudas, que la propaganda de la “cultura catalana” impartida por los últimos gobiernos durante muchos años, ha calado hondo.
Incluso en personas de cierto nivel cultural y apertura de miras, como él mismo, Piqué, y algunos otros.
¡Cuánto trabajo queda por hacer!