Siempre he defendido, de palabra y por escrito, que lo lógico y deseable es que Ciudadanos formara gobierno con el PSOE o llegaran a pactos electorales. Y lo he defendido porque creo que es bueno para todos. Para Ciudadanos porque tendrían una oportunidad de centrarse y de aprender a gestionar de verdad, no lo que han hecho hasta ahora. Al PSOE porque le evitaría caer en manos de quien no debe, en malas compañías, y a España porque ya es hora de que tengamos un poco de calma.
Peo claro: así no. Lo normal en democracia es que el candidato cite a la otra parte y negocien “capitulaciones”, como se decía hace siglos, pero resulta que nuestro buen presidente interino se ha subido a una torre de marfil de 123 escalones y, desde las aturas, lanza arengas y soflamas, culpando a su actual oposición de lo que pueda ocurrir en el futuro.
¡Que no, Sr. González, que no! Baje a la arena, discuta con Ciudadanos o con el PP lo que estime oportuno, y si sale mal y no se ponen de acuerdo, entonces será el momento de que explique con claridad y sin trampas las razones de los desacuerdos. Y que cada uno cargue con sus responsabilidades
¿Dónde ha aprendido Ud. ese curioso modelo de no negociación, tan cercano a exigir la obediencia debida? No creo que haya sido en España porque Ud. era muy joven en el franquismo
Parece un modelo inédito, porque a Rajoy le negó Ciudadanos el pan y la sal, pero el candidato sí que había invitado al Sr. Rivera a que negociaran la formación de un gobierno de coalición.
Solo que en aquel momento, el líder de Ciudadanos todavía creía que podía ser Califa en lugar del Califa.