Lo de ayer fue de traca. No quiero ensañarme con Pedro Sánchez ni juzgar las razones que tiene para hacer las cosas que hace y engañar a sus interlocutores como lo hace porque mi cerebro no da para tanto. Tengo mucho visto y mucho vivido, pero esto me desborda.
Resulta que no tenía segura la aprobación a la prórroga de nuestro confinamiento y había pactado el apoyo de Ciudadanos con la mano derecha mientras lo hacía con Bildu con la izquierda. ¡Con Bildu!, la heredera de los asesinos de ETA a la que nunca ha condenado. Partido con el que aseguró hasta veinte veces que nunca pactaría.
Y a cambio de sus votos le ofreció nada menos que la derogación “íntegra” de la reforma laboral de Rajoy y un trato fiscal preferente para el País vasco y Navarra. Todo ello cuando ya sabía que no necesitaba sus votos para sacar adelante la prórroga de quince días.
Y, como es natural a la vista del éxito obtenido, a Bildu le faltó tiempo para hacer público el acuerdo después de la votación. El de “las tres firmas”
Acuerdo que provocó tal revuelo en los ámbitos políticos, sindicales y patronales que poco después, esa misma noche, el gobierno publicó una nota muy en su estilo diciendo que “sí, pero no” o “sí, pero menos”
Y esta mañana sale el gran cruzado, Pablo Iglesias, para rectificar a su propio gobierno diciendo que “Santa Rita, Santa Rita, lo que se da no se quita” y que lo pactado “va a misa”. Y pido perdón por la utilización de estos refranes tan de iglesia(s).
Con lo cual ha dejado con el culo al aire, con perdón, a Ciudadanos, ha cabreado al PSE y, sobre todo, a sus peligrosísimos socios del PNV, que están en puertas de unas elecciones en su comunidad. Sin contar con el cabreo de la Patronal, de los sindicatos y de no pocos “barones” de su partido.
Y, por lo oído, parece ser que fue un gran rebote de Nadia Calviño, uno/a de los dos únicos ministros con cuajo y formación, la otra es Margarita Robles, la que frenó semejante insensatez con la amenaza de irse a su casa, o a Pernambuco, pero que no se quedaba ni un minuta más en el gobierno. Que ella no volvía a Bruselas a pedir ayudas económicas con semejante historia en la mochila.
Y claro, los asesores del presidente están como están, pero les queda un “algo” de raciocinio y pararon el golpe porque sabían que ningún español con un mínimo de imagen y de conocimiento aceptaría la cartera de Asuntos Económicos y Transformación Digital, interlocutora de España en la Comunidad y la encargada de conseguir un dinero que cada vez tenemos más complicado obtener “a cambio de nada” como pretende el gobierno.
¿Quizás Monedero?
Estamos, están, completamente locos y muy desnortados. Tanto que si no fuera de lo trágico de la situación, con la barbaridad de españoles fallecidos, con los muchísimos infectados y teniendo a los vivos y sanos en estado de “confinación”, este lio permanente del gobierno, tan aficionado a mezclar churras con merinas o con cerdos ibéricos si llegara el caso, daría para escribir un auténtico “Secreto de Puenteviejo”. Incluso de más temporadas.
¡Dios nos pille confesados! Que dice el dicho.