La enseñanza en Finlandia – Pocas “lecciones aprendidas”, muchas manipulaciones de la realidad.

Leo el titular de una noticia, posiblemente interesado, que anuncia “el éxito de la educación en Finlandia tras suprimir los colegios privados

Porque el éxito no ha sido solo por suprimir la enseñanza privada. Ni mucho menos. Finlandia es un país en el que la enseñanza es vocacional y controlada, en el que los profesores se reciclan continuamente, y en el que para acceder a la carrera de docente se necesita una de las mayores puntuaciones.

Y donde los profesores están bien pagados, pero tampoco reciben salarios excepcionalmente altos.

No como en España que, muchas veces y sin ningún ánimo de ofender, estudiar magisterio suele ser un recurso de futuro, una posibilidad más de ganarse la vida.

Pero el problema español no es la calidad del profesorado. Es la inestabilidad del sistema educativo, la falta de control, y la maldita política, porque también conozco profesores, y muchos, que se dejan la piel tratando de educar a sus alumnos.

Y lo más importante de Finlandia, la piedra angular, es que los políticos del país, ¡los políticos del país! decidieron UNÁNIMEMENTE hace muchos años que la educación era una de las mayores prioridades del Estado. Y ningún gobierno ha realizado cambios si no es para mejorar lo ya hecho, y por consenso.

Mientras que en este país, nuestra querida España, la educación es otra de las armas que nuestros “elegidos” aprovechan, en buena parte, para reforzar sus políticas de partido o para adoctrinar a los alumnos.  Y hasta tal  punto se ha manipulado y retocado, que soy incapaz de recordar cuantos sistemas educativos hemos tenido desde la transición.

Es imperdonable que cada legislatura proponga un cambio en la enseñanza si se ha producido un cambio en el partido gobernante. Está fuera de toda lógica, denota una enorme irresponsabilidad de los políticos gobernantes, y supone un grave daño para los educandos.

Y, como contraste, las medidas que tomaron hace años y se mantuvieron en las sucesivas legislaturas, ha dado como resultado que en Finlandia tienen menos horas lectivas que en España, que se aplica una enseñanza personalizada, que los alumnos apenas se llevan deberes a casa, y que sus resultados académicos en los índices internacionales siempre ocupan los primeros puestos de las tablas. .

Podría llenar páginas hablado de este tema porque es un asunto que me indigna y me apasiona. He publicado mucho sobre la educación española en “cartas al director”, en mi blog, o en Facebook y, como ejemplo, solo reproduzco parte de una carta al director a raíz de un viaje que hicieron a Finlandia El Sr. Puig y el Conseller Vicent Marzá para conocer las razones de sus éxitos en la educación:

Seguramente la presión era tan alta que Ximo Puig y Vicent Marzá decidieron viajar a Finlandia para comprobar in situ el porqué de los excelentes resultados de la educación en ese país medidos en términos de gestión económica y de nivel educativo de los alumnos.

Conociendo el nivel de los políticos al uso, y muy especialmente los de nuestra comunidad, no hacía falta ser muy listo para saber de antemano que la primera declaración sería algo parecido a “nosotros ya hacemos mucho de lo que hacen ellos”.

No me equivoqué y no le di demasiada importancia porque era lo esperado. ¡Cómo no lo iban a decir! Naturalmente que hay similitudes: aquí los niños también van a escuelas, las escuelas tienen techo, y en las escuelas hay profesores.

Lo que me anima a escribir estas líneas es la declaración posterior de Vicent Marzá afirmando que “no movería ni una coma del proyecto educativo” porque “venía en su programa”. A primera vista parece una de las famosas verdades del barquero. Un silogismo perfecto: si estaba en mi programa y me habéis votado, lo aplicaré.

Pero tiene una gran trampa. Seguro que sus conceptos sobre la educación, que en definitiva suponen seguir la hoja de ruta del nacionalismo catalán, estarán en el programa. Pero ¿en qué programa? ¿En el del Bloc Nacionalista Valencia, al que pertenece, o en el de Compromís, del que forma parte?”

El “programa de su partido”, sí, pero ¿dónde queda el interés de los niños y de los jóvenes valencianos que necesitan recibir una educación objetiva, limpia, y que les permita integrarse mejor en la sociedad que les tocará mantener y dirigir en los años venideros?

Porque es evidente que hay políticos que prefieren condicionar la educación para inventar naciones o apoyar determinadas opciones políticas. Opciones de derechas o de izquierdas, que tanto monta…