No es que nos tomen por tontos, puede que lo seamos. La explicación del pacto del PSOE con Podemos y Bildu

Ayer dio una rueda de prensa nuestra Ministra de Hacienda y portavoz de gobierno y, entre otras cosas, nos dio una explicación de lo sucedido en relación con el último pleno parlamentario en el que el Presidente del Gobierno pedía una prórroga del estado de alarma.

Y lo hizo, como acostumbra,  llenando la pantalla con ese leguaje mezcla de verbal y corporal que asegura, sin ningún género de dudas, que lo que dice es la verdad absoluta  y que parece mentira que no lo entendamos

Maria Jesús Montero se esfuerza con todo su saber y entender en que nosotros abramos los ojos ante un hecho evidente: Pedro Sánchez es el guardián protector que ha salvado cientos de miles de vidas. Es el bueno, el protagonista de esta película que han montado con tanto acierto, en la que no se habla para nada de lo que “pudo haber sido”, centrando todo el argumento en “lo que es” o mejor quizás, en lo que “conviene que sea” según nuestro amado líder.

Y es que la máquina de propaganda del gobierno es potentísima y la manejan con mucha eficacia. Seguro que más de uno de  los que lean este comentario pensará que soy un insensato insensible que defiendo que siga muriendo gente para que la derecha y la extrema derecha “se salgan con la suya”. ¿Qué otra cosa podría ser si no defiendo sin fisuras la postura del presidente?

En esta cuestión, como todas en estos tiempos, se trata de dividir a los españoles en buenos y malos. Buenos son los que “arriman el hombre”, frase muy de moda, a favor de las propuestas del presidente, y malos son todos los demás, especialmente esa derecha y extrema derecha que transitan por la vida con un contador de votos. La única duda es en que bando colocamos esta semana a Ciudadanos.

Aunque hay algunos malos que son menos malos, como ERC, por ejemplo que no es que sean malos por naturaleza, es que de vez en cuando, como ocurrió en la última votación, juegan a serlo.

Y nuestra querida portavoz no puede entendernos. ¿Cómo no vemos la luz de la verdad y los signos que la acompañan?

Es posible que nos ocurra como a ella cuando estaba de Consejera de Hacienda y Administración Pública de la Junta de Andalucía entre los años 2013 y 2018 y no vio el rebaño  de elefantes que pastoreaban frente al palacio de San Telmo y por los ambientes andaluces  con enormes carteles que decían, ERE, Corrupción y cosas por el estilo. ¡Ay, esas “chinitas” que se nos ponen en los ojos y nos ciegan en los momentos más  inoportunos!

Y no digo que ella tuviera algo que ver, en el sentido metafórico de la palabra, seguro que no, porque además la cosa venía “de viejo”, pero ¡hombre, algo se tendría oído!

Pues nada. Ella, en nombre del gobierno,  ha señalado al PP y a ERC de ser los responsables de que el Gobierno haya pactado con Bildu. El argumento: porque estaban en juego las vidas de muchos españoles. Y ha cambiado vidas por la abolición íntegra de la reforma laboral de Rajoy y de beneficios fiscales para Navarra y el País Vasco.

Lo que no ha dicho es que el PSOE ya había pactado con Bildu en Navarra en tres ocasiones, cuando ni había vidas que salvar, ni tenían ninguna obligación de hacerlo. Y que el presidente ya tenía asegurada la aprobación de la prórroga antes de que la señora Lastra que, por lo que parece, actuó por su cuenta y sin consultar con nadie como parecen “dejar caer” en los mentideros del PSOE, firmara el “pacto de los tres”.

Y contesto con lo que vi y escuché el miércoles porque, siguiendo mi costumbre, me “tragué” toda la sesión. Aunque la había grabado previamente para administrármela en dosis soportables.

Empezaré diciendo que Gabriel Rufían, una vez que se ha dejado sus payasadas de rigor, se está convirtiendo en un parlamentario con mucha solvencia. Por supuesto me refiero a los modos y no a al contenido de sus discursos con los que estoy en total desacuerdo, pero desde el punto de vista del parlamentarismo ha ganado en calidad de una forma sorprendente.

Fue una exposición rotunda, perfectamente enfatizada en los momentos en que debía hacerlo, con un ritmo verbal cómodo para el “escuchante, con las pausas necesarias para que el Congreso asimilara lo que decía y con una claridad de exposición digna de mejor causa.

Por supuesto su objetivo fue acorralar al presidente con un “tú sabrás lo que haces si cambias los apoyos parlamentarios”, con alusiones oportunas a la estabilidad del gobierno si les toca mucho lo que les estaba tocando.

Aunque mi opinión es que por mucho que amenace con romper los apoyos al gobierno, Rufían sabe, el presidente sabe y yo me figuro que ERC necesita a Sánchez mucho más que Sánchez a ERC. El presidente podría cambiar sus apoyos si quisiera y si no lo hace es porque tendría que ceder en partes de sus pretensiones particulares, pero ERC nunca tuvo ni tendrá una oportunidad de sacar pecho como lo que tiene ahora, fingiendo un poder que no tiene, porque sabe que ningún partido de gobierno, incluido el propio PSOE si no estuviera en manos de quién está, le permitiría ni la mitad de lo que le están permitiendo.

Y luego está el gran aludido, el Señor Casado. Yo no tengo idea de si las alternativas que presentó que fueron muchas y muy documentadas eran viables o no, pero de lo que estoy seguro es que el Presidente del Gobierno, ni las quiso conocer antes, porque no había mantenido ninguna conversación con el líder del PP antes del pleno, ni mucho menos las quiso atender en la propia sesión parlamentaria.

Su estrategia, apuntada por él mismo con una media estocada y apuntillada por el feroz descabello de la Señora Lastra, que lo mismo sirve para un roto que para un descosido, incluso  para un desaguisado, es la misma de siempre: pase lo que pase, especialmente si lo he hecho yo, la culpa la tiene el PP.

Como la famosa leyenda de que los italianos culpan de todo lo malo al gobierno, resumida en la conocida frase de “piove, porco governo”. Lo curioso del caso es que todavía hay quién se cree estos mensajes. Es evidente que el PP tiene muchos defectos y ha cometido errores y líbreme Dios de defenderlo, pero ¡caramba! ¿Es el culpable de todo lo malo que pasa en España?

Y que conste que yo no estoy defendiendo al PP ni a sus decisiones. Lo saco a colación porque lo puso en la arena nuestra portavoz del gobierno y porque, en este caso concreto, esa afirmación es rotundamente falsa. O al menos de muy dudosa veracidad.

Que lo único que pretende es “enmerdar” y tratar de desviar la atención del tan difundido pacto que firmó la Sra. Lastra y de que y del que sólo era conocedor del propio Presidente, puede que uno o dos ministros “íntimos” y naturalmente, Pablo iglesias, el que lleva la batuta del gobierno, al menos en lo que a iniciativas y publicidad se refiere.

Y entre las sorprendidas Nadia Calviño,  la única realmente conocedora del grandísimo problema económico que tenemos encima de la mesa y de sus consecuencias inmediatas, mediatas y a largo plazo. La única interlocutora posible en esa Comisión Europea que no se fía ni un pelo ni de Sánchez ni de sus malas compañías.

No sé cómo acabará esto. Me figuro que con otro de los movimientos de “yenca” a los que nos tiene acostumbrados el Señor Sánchez, los de “izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, detrás, un, dos, tres”, pero lo que es seguro que es absolutamente imposible que en este momento y en estas circunstancias  se revoque en su totalidad la reforma laboral del PP, como también lo es que no se lo van a poner nada fácil sus amigos del alma de Podemos.

Continuará, espero que con mejores noticias.

Y digo lo mismo que vengo diciendo todo este tiempo: No pidan la dimisión de Sánchez con la que no ganaríamos nada. Exijan una crisis ministerial para que ponga en el gobierno a gente capacitada para sacarnos con el menor mal posible de este socavón sanitario y económico en el que hemos caído.