Parece que los partidarios de la república se mueven últimamente con más intensidad, insistiendo en que esa forma de estado es la única realmente democrática, a lo que tienen derecho, por supuesto, y que los que defienden la monarquía lo hacen porque en España “tenemos tradición monárquica”.
Pero la premisa, como tantas otras en política, es falsa. Nadie estaría de acuerdo hoy en que se reinstaurara una monarquía absoluta, con poder sobre vidas y haciendas, pero sí que lo estamos con el sistema actual, monarquía parlamentaria, en el que el rey ejerce de árbitro sin tener la autoridad.
Y este sistema es tan válido y eficaz como cualquier otro, como lo demuestra el hecho de que naciones que son verdaderos referentes en democracia, auténticos modelos a seguir, como el Reino Unido y algunos países nórdicos lo tienen, lo mantienen, y no se lo cuestionan. Como ocurre con otros con gran tradición republicana, como Italia o Alemania, donde el presidente de la república tampoco tiene poder real.
En el tercer modelo, el francés o el de Estados Unidos, similares al vigente en España durante las dos repúblicas, los presidentes tienen poder ejecutivo.
Ergo en España más que monárquicos somos constitucionalistas que votamos en su día esta forma de estado en la que nos sentimos tranquilos y cómodos. ¿Es más democrática la república? No sé en que se basan en el caso español.
Quiero recordar que, contra lo que se cree o se quiere hacer creer, la segunda república nunca se votó ni se aprobó en las cortes. Se proclamó después de que la izquierda ganara unas elecciones municipales, siendo los primeros en hacerlo el ayuntamiento de Eibar, los segundos los catalanes, república catalana que no nacional, y el tercero Niceto Alcalá Zamora esa misma tarde desde los balcones del Ministerio de la Gobernación.
Y que el paso de monarquía a república no supuso ningún cambio en las formas y los modos de los diputados en cortes, que siguieron siendo igual de viscerales y de radicales como en la primera mitad del Siglo XX, cuando algunos a los que la historia nos hace ver como idealistas románticos, llegaron a amenazar con utilizar la violencia de las armas si la oposición no cedía ante sus planteamientos políticos.
Y esa, y no otra, es la historia real.
Otra ventaja de nuestro sistema actual es que educa a una persona durante toda su vida para actuar como moderador, haciéndole pasar por casi todos los estamentos del estado: universidad, academias militares, etc., lo que me parece mejor que nombrar a uno salido de las urnas como representante de un partido político, con toda la carga de parcialidad que puede conllevar.
Y por mucho que se diga, en España no tenemos una tradición republicana porque tuvimos dos, la primera que resultó un auténtico disparate con los gobiernos cantonales y las declaraciones de guerra entre las “ciudades estado”, y la segunda, desde 1931 hasta 1936, que sufrió 26 cambios de gobierno y acabó como acabó, con un golpe de estado, principio de una guerra civil, del que se acusa a los militares como responsables directos, que lo fueron, pero del que tampoco pueden salir limpios de polvo y paja los gobiernos que permitieron los desmanes de la CNT, de la FAI o de los partidos antisistema de la época.
Y si no tenemos tradición republicana, tampoco tenemos tradición de monarquía parlamentaria, porque es la primera de la historia. Hubo un tímido intento en la Constitución de las Cortes de Cádiz, en la que se dijo que “el poder está en el pueblo a través de sus representantes en Cortes”, pero este intento de quitar fuerza al rey se frustró cuando apenas había empezado con el Manifiesto de los Persas y la vuelta al “absolutismo” que deshizo todo lo dicho, que no llegó a ser “hecho”, poco tiempo antes.
Otro de los tópicos, el del coste económico, es otra falsedad, porque la casa real tiene unos gastos muy similares a una supuesta presidencia de república. En ambos casos un coste mínimo en los presupuestos del estado, aunque muy exagerado por los voceros de turno.
Lo cierto es que a Juan Carlos I, que se ganó el puesto con su intervención del 23 F o en los pactos de la Moncloa, cuando el país iba a la deriva por culpa de los políticos en una situación bastante similar a la de hoy, solo se le ha podido atacar por temas personales, nunca por actuaciones institucionales. Y si nos referimos a Felipe VI, parece que la educación de toda su vida ha dado resultado, cabreo de los separatista catalanes incluido.
En cuanto a votar asuntos como la forma de gobierno cada tres o cuatro años, como ha insinuado algún participante en la discusión, ¿una constitución? ¿Toda la estructura de la nación, régimen de las autonomías incluido? Las constituciones deben ser de largo recorrido para evitar la confusión de los cambios y la convulsión de las campañas electorales, tan afectadas por hechos puntuales de cada momento, mucho más en el momento actual, en el que estamos tan influenciados por las redes sociales, tras la que se suelen ocultar intereses económicos o políticos no siempre claros, hackers rusos incluidos.
Otra cosa son los mitos y las idealizaciones. Como he dicho, la república nunca fue un mar de paz, armonía y buen rollo. En aquella época, como en todas, han existido desavenencias, incluidas las puñaladas traperas entre los mismos partidos de izquierda, rencillas, y grandes discrepancias que llegaron, incluso, a amenazas personales. Y que culminó con el asesinato del jefe de la oposición el 13 de julio de 1936, persona muy vehemente sin duda, a manos de un grupo de la guardia de asalto que le sacó de su domicilio. Asesinato político perpetrado por políticos de lo que entonces era la izquierda más radical.
Cosa que, afortunadamente y me refiero a las amenazas personales, no se producen en la actualidad. Aunque, eso sí, se practiquen acosos a determinadas personas en las puertas de sus domicilios.
Y estos, más o menos, son hechos objetivos. Se pueden buscar figuras simbólicas de ciencia ficción como las “magas” de nuestro querido alcalde, pero el hecho de que gobernara una república no evitó las enormes diferencias sociales y el malestar de la ciudadanía de la época.
Durante la república se consiguieron algunos avances de calado, por supuesto, como ha sucedido en todos los gobiernos, incluida la dictadura que construyó una gran red de aprovechamiento hidráulico con los pantanos, y fue la que implantó la seguridad social española, por ejemplo. Sin que ello signifique, ni mucho menos, que fuera una forma de gobierno a imitar o a repetir.
Conclusión: En mi opinión no importa tanto cual sea la forma de estado por su pureza democrática, que los dos la tienen si han sido aprobados por la ciudadanía, como la estabilidad que pueda proporcionarnos. Y tal como están las cosas, mejor “no meneallo”
Querido Jose Luis.
Lo que cuentas con entusiasmo en tu escrito es fruto de una herencia cierta razonada y bien pautada.
Los argumentos en contra serian infinitos. …sigo en tu correo particular
LBG
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Luis: Si cuando dices “argumentos en contra” te refieres a los que dan valor a la república sobre la monarquía parlamentaria, repito que no tengo preferencias por ninguno de los dos porque, como he dicho, a mí me parecen muy lícitos y democráticos ambos sistemas.
Lo que defiendo es que juguemos limpio mirando a futuro antes de tomar decisiones, porque si miramos hacia atrás no existía la monarquía parlamentaria, si algunos “golpes” o asonadas y la dictadura de Primo de Rivera, y si hablamos de nuestras repúblicas, mejor no entrar en demasiados detalles. Lo cual no quiere decir que lo malo sea la república en sí, sino los que la gestionaron.
En cuanto a la “herencia razonada”, te recuerdo que yo nací y pasé una buena parte de mi vida en la dictadura de Franco, y que viví, muy afortunadamente, en un ambiente rural cuando las casas tenían las puertas abiertas y podías entrar en cualquiera de ellas sin más requisitos que dar una voz anunciando tu presencia. Pero eso, que es mi única herencia-vivencia, no lo propició el régimen, sino el consenso y la tradición de los bocairentinos. Y sucedería exactamente igual en tiempos de la república.
Monarquías absolutas han existido en toda Europa y los monarcas solían ser bastante brutos. Tengo entendido, no lo puedo jurar porque no tengo clara la solvencia del que aportó este dato, que nuestro muy querido y avanzado en su tiempo Jaime I, estuvo excomulgado una vez y le cortó la lengua a un obispo por hablar mal de él.
Y fue, repito, de lo mejorcito de la historia.
Pero eran otros tiempos y otras circunstancia totalmente irrepetibles en nuestros días, no el cortarle la lengua a nadie sino las monarquías absolutistas, como también lo son los regímenes comunistas de principio del siglo pasado, por ejemplo.
En cuanto a “no meneallo”, eso sí que es una opinión personal basada únicamente en mi experiencia vital y en la carga de los años. No creo que ni la sociedad ni los ciudadanos, que es de lo que se trata, ganaran algo con un cambio de régimen, y seguro que crearía más enfrentamientos.
Los defensores de una u otra causa lo hacen por planteamientos políticos, como los independentistas catalanes más excluyentes que piden la independencia aunque le deje en la más absoluta miseria, porque defienden una causa y no una forma de vida. Pero eso es un anacronismo en una sociedad en la que ni siquiera los estados europeos tienen plena soberanía porque la han cedido en parte a la Unión Europea.
Y lo dicho, como siempre, solo son reflexiones que tratan de ser objetivas, aunque, como le ocurre a todo el mundo, nunca lo son totalmente. Hay demasiada carga vital, que no herencia histórica, detrás de cada párrafo, y es muy importante reconocerlo.
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Querido Jose Luis. M.A.
Lo que cuentas con tanto entusiasmo en tu escrito sobre la supervivencia de la Monarquía es fruto de una herencia cierta razonada y bien pautada.
También los argumentos en contra serian infinitos.
Todo ha quedado a la vista :
Los jóvenes ya demandan la República…en sus vidas y en sus redes….
Las miles de bibliotecas…….públicas y privadas. disponibles…(la nuestra de casa tendrá unos 5000 ejemplares de sólo libros)
….ya hablan de otros regímenes distintos a la Monarquía.
Y hoy por hoy su accesibilidad es libre y franca.
Las miles de cátedras nuevas que han surgido.. de historia ..humanismo….en facultades de historia..filosofía…ciencias sociales..políticas… comerciales … .económicas.. periodismo…en Universidades e Institutos de enseñanza media traen otros aires y demandan elegir al Jefe del Estado cada
cuatro años…vivimos ya dentro de plenas inmersiones linguisticas……de móviles y…. también republicanas.
Es cierto que Hoy no existe la postración y el analfabetismo de la época de casi todos los borbones
anteriores a J .C. Primero …pero no va a ser suficiente..
Históricamente se conoce también ya la verdad…..Fernando VII …..Isabel II …y Alfonso XIII .
no hay por donde cogerlos ..leyendo un poquito de tales personajes.y del retraso en que dejaron
a este el país que ya parecía irrecuperable..
La República vendrá…. casi casi por sus propios pasos y además por la Urnas…y esta vez será para quedarse como lo ha hecho en Grecia..Países Balcánicos…y lo hizo en todos los Imperios Centrales .
La Monarquía quedará como un recurso residual .En España …ya nos ha ocurrido otras veces.
La Monarquía…..La zarzuela….la fiestas taurinas…..y la vida rural en zonas frías y pobres…
se van para no volver…
No tenemos fecha cierta para el acontecimiento– .. tal vez en 2024…sino se precipita antes por
un suceso fatal..que la sociedad hoy ya no toleraría ..ni al ciertamente Preparado Rey actual.
Saludos a todos los miembros del debate y un abrazo para ti Jose Luis.
Prefiero no publicarlo en tu foro al que pertenezco porque lo leo con gusto cuando publicas en él.
Hazlo por mi si lo consideras oportuno.
LBG
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Luis: Publico tu comentario en el blog, pero creo que las posiciones están suficientemente claras y no es necesario insistir en nuestros argumentos.
En la seguridad de que, estando como estamos en una nación democrática libre de imposiciones, siempre se decidirá lo que quieran la mayoría de los españoles, y solo espero que, se decida lo que se decida, se haga en paz y pensando en futuro.
Un abrazo
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